La isla de Creta, una joya en el Mediterráneo

 

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Los días que pasamos en Malta la habían convertido en una especie de isla del tesoro, marcada con una «X» para siempre por unos piratas viajeros como nosotros, deseosos de conocer lugares extraños y mares azules.
Sin embargo, habían sido pocos. Muy pocos. Tan pocos, que pronto estábamos mirando a que nuevas islas del Mediterráneo ir.

Aprovechando que se acercaba el verano y mediante una búsqueda en nuestra habitual web de pasajes SkyScanner, barajamos las siguientes posibilidades: Menorca, Cerdeña, Sicilia y las islas Griegas.
Aplicando la poco defendible pero genial regla del «¡cuánto más lejos, mejor!», apuntamos nuestros deseos hacia la isla de Creta y sonreímos llenos de ilusión mientras clickeábamos sobre el botón «Comprar» con dos pasajes hacia Heraklio en el carrito de Ryan Air.

¡Creta!

¡Creta!


Mapa de Creta

Mapa de Creta

El vuelo desde Barcelona aterrizó de madrugada en el Aeropuerto Nikos Kazantzakis, a un horario en el que no había ningún medio de transporte público con el que llegar a la ciudad. Afortunadamente, los escasos 5km al centro permiten permitirse un taxi, pero aún así, la ciudad de Heraklio permanecía dormida, al igual que nosotros dos.

Para hacer buen uso del tiempo y permitirnos encarar el día con algunas horas más de sueño, decidimos seguir una estrategia arriesgada pero que ya calculábamos en nuestros planes: tomarnos el primer bus que saliese hacia el otro extremo de la isla, aprovechar para dormir un rato más y para el momento en que llegaríamos, ya sería hora de salir a disfrutar.
Si bien es fácilmente observable en cualquier mapa, no deja de sorprender el tamaño de esta isla mediterránea, que con una distancia punta a punta de unos 260 km bien podría ser un propio país, y el tiempo entre ambas ciudades nos garantizaba unas tres horas de sueño.

Tomamos entonces un bus de KTEL Lines hacia el «lejano oeste» de la Isla de Creta: La prefectura de Hania.

La bahía de Hania, con sus casas de estilo veneciano

La bahía de Hania, con sus casas de estilo veneciano

Hania, Chania o como se la conoce en castellano «La Canea», creció alrededor de un viejo puerto y poblado veneciano, fundado como fuerte durante la gran expansión de los «ítalos» por el mediterráneo en el siglo XV. También posee numerosos rastros de su pasado otomano, quienes alternativamente se disputaron el control de la ciudad con los de la ciudad de los canales.

Hoy en día es una pintoresca ciudad cretense, quizás la que mejor representa el alma de la isla. Tiene su núcleo alrededor de una pequeña bahía, custodiada todavía por su imponente faro veneciano del s.XVI, uno de los más antiguos aún en pie en el mundo.

Caminar por su centro histórico es inmiscuirse claramente en la vida cotidiana de los cretenses, donde por suerte el turismo no ha llegado a transformar las viejas costumbres, los mercaderes siguen vendiendo sus frutos en la calle y las señoras con sus carritos de metal continúan comprando en los mercados al aire libre.

La imagen del puerto griego nos transporta a otras épocas, donde en los astilleros que hoy se ven como simples fachadas abandonadas, otrora se construyeron desde birremes romanos hasta galeras cruzadas.
Comenzamos la mañana paseando por su costanera, disfrutando del azul intenso del mar y de ver las olas rompiendo incansables contra las piedras del espigón.

Tras la recorrida matinal, nos mezclamos entre los locales en el mercado de frutos y comenzamos a descubrir la gran amabilidad con la que te reciben los cretenses. De hecho, eso nos hizo aprender nuestras primeras palabras en griego: «kalimera» (Buenos días), «Parakaló» (Por favor) y «efcharistó polí» (Muchas gracias).

Me permito esta aclaración porque ya hemos estado en países donde esas palabras tan comunes se aprenden necesariamente en un diccionario o en internet, porque los avispados vendedores te avanzan directamente en inglés o en nuestro propio idioma.
En cambio, nosotros preferimos «no sentirnos en casa», y si bien esperamos que hablen algo de inglés para poder avanzar en la conversación, nos encanta que nos saluden en su idioma y sobre todo, con la sonrisa con la que te reciben los griegos.

Por la noche, Hania se transforma en un punto de encuentro para toda la juventud de la zona. La gente, sumada a una preciosa iluminación en tono amarillo de todo el puerto veneciano y un muy buen gusto para decorar restaurantes y darles «encanto», nos permitió regalarnos otro paseo por los mismos sitios que a la mañana, pero con un ambiente totalmente distinto y muy acogedor.
La noche estaba limpia y estrellada, la compañía era inmejorable, y Hania nos ofreció el mejor escenario de fondo para completar la velada.

El puerto veneciano de Hania

El puerto veneciano de Hania


La mezquita turca Yiali Tzami, dominando el puerto de Hania

La mezquita turca Yiali Tzami, dominando el puerto de Hania


El puerto de Hania

El puerto de Hania


El puerto de Hania

El puerto de Hania


Puerto de Hania

Puerto de Hania


El pintoresco puerto de Hania

El pintoresco puerto de Hania


Un simpático abuelo cretense en el mercado de Hania

Un simpático abuelo cretense en el mercado de Hania


Carteles en griego (en qué iba a ser!) en el mercado de Hania

Carteles en griego (en qué iba a ser!) en el mercado de Hania


La gente disfruta del buen clima cretense en los restaurantes y bares de Hania

La gente disfruta del buen clima cretense en los restaurantes y bares de Hania


El antiguo faro veneciano, custodiando la bahía de Hania

El antiguo faro veneciano, custodiando la bahía de Hania

La Prefectura más occidental de Creta también acumula la mayoría de los sitios más atractivos de la isla.

Por falta de tiempo en unas vacacaciones que pretendían abarcar demasiado, sólo nos hemos acercado a algunas playas del Golfo de la Canea, pero aquí les dejo un poco de información sobre los 3 puntos que más les pueden interesar:

 

La hermosa playa de Elafonisi:

Una de las playas más lindas de todo Grecia, es una pequeña isla al sudoeste de Creta, unida a la gran isla únicamente cuando baja la marea. Con un mar turquesa envidiable, es un lugar para dedicar un día completo si se hace base en Hania, por la distancia y la dificultad de acceso.

Elafonisi

Elafonisi

El paseo en barco hacia Gramvousa-Balos:

A 40 km de Hania se encuentra el puerto de Kissamos-Kastelli, desde donde salen dos o tres veces por día las excursiones a Gramvousa-Balos. La primera parte es un paseo en barco recorriendo la costa de la bahía de Kissamos, hasta la isla de Gramvousa, un pequeño promontorio lleno de historias piratas. La segunda parte del paseo es una parada en la fabulosa Balos Lagoon, una insólita bahía con aguas turquesa que también puede considerarse de las más lindas de todo Grecia. Para más información, puedes visitar la página de Cretan Daily Cruises.

Bahía y Laguna de Balos

Bahía y Laguna de Balos


Bahía y Laguna de Balos

Bahía y Laguna de Balos

Samaria Gorge:

Es el desfiladero rocoso más grande de Europa, otro típico day-trip desde Hania. Imprescindible, según nos contaron, llevar ropa y calzado cómodo, ya que la caminata tiene su dificultad.
Las vistas durante el camino y sobre todo, en Agia Roumeli al final del camino, nos parecen alucinantes.

Samaria Gorge

Samaria Gorge

En el próximo post, seguiremos recorriendo la Isla de Creta, antes de embarcarnos al resto de Islas Griegas del Egeo.

¡Saludos a todos!

 

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