Un viaje por los Alpes, Parte 1: Lagos de ensueño y la hospitalidad suiza en el Matterhorn

 

 

Con los últimos rayos de sol que dificultósamente se abrían paso sobre los Apeninos italianos, avanzamos velozmente por la región de Lombardia, en dirección norte.

Tras circunvalar la capital económica e industrial del país, Milano, la noche se nos presentó en el pequeño pueblo de Como, donde conciliamos tranquilamente el sueño en el estacionamiento del famoso restaurant de la M amarilla, que comprobó no ser sólo útil para encontrar Wi-Fi.

Por la mañana y con energías renovadas, entramos al pueblo para comenzar el que sería uno de los días más hermosos del viaje.

El Lago Di Como, quizás el más conocido lago del Norte de Italia, estaba ante nosotros con toda su belleza y su imponente dimensión que se perdía lentamente en el horizonte, ayudado por la bruma de la mañana.

Lago di Como, Italia

Lago di Como, Italia


Lago di Como, Italia

Lago di Como, Italia

Veníamos de pasar un fabuloso día en Cinque Terre, al cuál catalogue en el post anterior como la zona de «los pueblitos más lindos del mundo».

Lugares costeros como esos le ponen un difícil desafío a mi corazón de montaña, que veía en la región alpina de Italia la posibilidad añadida de viajar mentalmente a los recuerdos que tengo de mi querida Patagonia Argentina.

Lagos de Bariloche - Patagonia Argentina - Año 2011

Lagos de Bariloche - Patagonia Argentina - Año 2011


Lago Traful - Patagonia Argentina - Año 2008

Lago Traful - Patagonia Argentina - Año 2008

Kilómetro a kilómetro, fuimos bordeando la margen oeste del exquisito lago. A través de una pintoresca ruta mano y contramano, por momentos demasiado angosta para que pasen dos vehículos, el Toyotita debió haber sido el objetivo de los insultos de los «tanos» que venían detrás nuestro, ya que paisajes como los que ofrece ese impecable cuerpo de agua dulce, merecen detenerse una y otra vez para bajar y contemplarlo.

La estrecha ruta que bordea el Lago di Como

La estrecha ruta que bordea el Lago di Como

No era nuestra culpa. La ruta carece de miradores, y apenas uno ve alguna porción de vereda donde estacionar, maniobra como puede sin previo aviso para estacionarse.
Ya me podía imaginar la reacción de los locales, que tienen la fama de no necesitar muchos motivos para maldecir y gesticular ante cualquier cosa que les moleste.

Como sea, no nos importaba demasiado. Vistas y lugares como éstos lo merecían:

Lago di Como, Italia

Lago di Como, Italia


Lago di Como, Italia

Lago di Como, Italia


Lago di Como, Italia

Lago di Como, Italia


Lago di Como, Italia

Lago di Como, Italia


Lago di Como, Italia

Lago di Como, Italia

Nuestros ojos se llenaron de hermosos paisajes en muy poco tiempo. La mente probablemente tarda algo más en asimilarlos y en dejarte caer a cuenta de donde estás, tal vez sólo porque los está guardando como corresponde, inmortalizándolos para no olvidárselos jamás.

Pero ese día le daríamos mucho trabajo. El Lago Di Como no sería el único lago que veríamos, y mucho menos aún, el único paisaje bonito.

A pocos kilómetros de ahí estaba la frontera con otro de los países que deseábamos conocer.
Originalmente no lo habíamos planificado, y el viaje con el auto sólo se limitaba a Francia e Italia, pero apenas tuvimos la noticia en la agencia que nos regalaban un día, volvimos a hacer cálculos, miramos el mapa, y nuestras miradas se iluminaron de sólo imaginarlo…

¡Bienvenidos a Suiza!

¡Bienvenidos a Suiza!

La gran mayoría de los tours europeos hacen foco en sus monumentales ciudades.
Ya sea contra las occidentales, como Paris, Londres, Roma o Berlín, o con las llamadas «capitales imperiales» como Praga, Viena o Budapest, Suiza no tiene como competir.
Su capital Berna tiene la mala reputación de aburrida, y ni la cosmopolita Ginebra o la bancaria Zürich pueden jugar en las grandes ligas en la que participan las antes mencionadas.

Es una lástima, realmente una pena. Suiza queda fuera de todo tour europeo porque no ofrece lo que las grandes urbes. Pero en cambio, brinda los paisajes más hermosos que uno pueda imaginar, donde sus inmensas montañas bañadas de glaciares parecen cantar una oda a su propia majestuosidad. Y hacia allí ibamos, a escuchar esa canción.

Paisajes de los Alpes Suizos

Paisajes de los Alpes Suizos

Continuamos la estrecha ruta que bordaba el Lago de Como en dirección oeste, hacia la frontera. Al poco tiempo de andar, llegaríamos a nuestra primer ciudad suiza: Lugano.

Así como el agua de la Riviera Francesa presenta al observador toda una increíble serie de tonalidades azules, el Lago Lugano que baña la costanera de la ciudad homónima, nos aguardaba para dejarnos ver el color verde de agua más hermoso que yo haya visto.

La ciudad no se queda atrás. Callecitas empedradas, edificios coloridos, una costanera divina y la frívola prolijidad característica de los suizos, reconocible en sus estrictas normas de tránsito y la inmaculada limpieza de sus veredas.

Lago Lugano y su precioso color verde, Suiza

Lago Lugano y su precioso color verde, Suiza


Lago Lugano y su precioso color verde, Suiza

Lago Lugano y su precioso color verde, Suiza


Schweiz, Svizzera, Suisse, Svizra o Confoederatio Helvetica, llamala como quieras!

Schweiz, Svizzera, Suisse, Svizra o Confoederatio Helvetica, llamala como quieras!


El hermoso lago y ciudad de Lugano

El hermoso lago y ciudad de Lugano


¡Jani como siempre, desparramando todo su glamour!

¡Jani como siempre, desparramando todo su glamour!


Hermoso lago y ciudad de Lugano

Hermoso lago y ciudad de Lugano


El hermoso lago y ciudad de Lugano

El hermoso lago y ciudad de Lugano


Hermoso lago y ciudad de Lugano

Hermoso lago y ciudad de Lugano


Hermoso lago y ciudad de Lugano

Hermoso lago y ciudad de Lugano

Continuamos viaje por la tarde, adentrándonos más y más en los famosos Alpes Suizos. Las grandes montañas fueron apareciendo, y con ellas, nuevos paisajes imponentes.

Tras una vuelta por otro de los lagos de la región, el Lago Maggiore, el día iba llegando a su fin mientras el Toyotita avanzaba con esfuerzo en la angosta y empinada ruta alpina, llena de curvas y contracurvas.

¡Bienvenidos a Suiza!

¡Bienvenidos a Suiza!


El sol va cayendo mientras avanzamos por los Alpes

El sol va cayendo mientras avanzamos por los Alpes


El sol va cayendo mientras avanzamos por los Alpes

El sol va cayendo mientras avanzamos por los Alpes

Llegamos al paso más alto de los Alpes entre Italia y Suiza esa misma noche. No tenía sentido seguir camino por dos motivos.

En primer lugar, el sitio donde estábamos era fabuloso para dormir, con servicios y rodeado por montañas glaciares.
Y en segundo lugar, avanzar de noche significaría perdernos la posibilidad de ver los paisajes que venían y que merecían ser vistos en todo su esplendor, con la luz del día.

El silencio absoluto de la noche era un aliado de lujo. La soledad que el Simplon Pass posee, daba un entorno ideal para lo que veríamos a continuación.

Simplon Pass, donde dormimos bajo el maravilloso techo de estrellas

Simplon Pass, donde dormimos bajo el maravilloso techo de estrellas

Lejos de cualquier pueblo iluminado y a más de 2000 metros de altura, miramos hacia arriba para descubrir el más perfecto cielo nocturno que ambos recordásemos ver.
La bóveda celeste parecía haber sido objeto de un pintor descuidado, que con su torpeza en el manejo de un pincel cargado de blanco, había salpicado «nuestro techo» con miles y miles de estrellas.

La Vía Lactea, esa sombra blanquecina que se escurre curvilínea a través de la magia de las constelaciones zodiacales, resaltaba suavemente en esa imágen noctívaga, impactando nuestras dilatadas pupilas de manera asombrosa e irrepetible.

Para mi, un astrónomo aficionado que extraña las sorpresas que le ofrecía su propio pequeño telescopio de su casa de Buenos Aires, esa visión era un regalo magnífico.
Jani se emocionó exactamente por lo mismo, pero ahí la dejo a ella en su comentario que diga su propia percepción de lo visto.

El sueño llegó tranquilo, sólo con un poco de frío pero que la bolsa de dormir supo compensar, bajo un fantástico colchón de estrellas sobre nosotros y en los ya amoldados asientos del tercer integrante de esta imborrable travesía.

Bajo un fabuloso colchón de estrellas. Fuente: Fine Art Photoblog

Bajo un fabuloso colchón de estrellas. Fuente: Fine Art Photoblog

Nos despertamos con el sol en las caras, como de costumbre. Al salir del auto, las solemnes cumbres seguían allí, nevadas y con sus gélidos glaciares. Eso constataba afortunadamente que la noche anterior no había sido un simple producto onírico.

Descendimos el paso de montaña flanqueados por un valle que suponía la mejor bienvenida posible al país suizo. Casitas de madera con techo a dos aguas, animales pastando, troncos apilados para servir próximamente a los lugareños con el calor de sus leños.
Era la imágen vívida de la Suiza que uno imagina, y que se nutre de estos suficientes motivos para atraer a cualquier turista, sin que le importen los museos o catedrales de las grandes ciudades europeas.

Quizás a la foto sólo le faltaba la vaca de Milka, pero era lo único.

Paisajes de los Alpes Suizos

Paisajes de los Alpes Suizos


Los leñadores de los Alpes Suizos

Los leñadores de los Alpes Suizos


Los leñadores de los Alpes Suizos

Los leñadores de los Alpes Suizos

El siguiente destino estaría envuelto en una curiosa anécdota, donde la principal protagonista sería la hospitalidad suiza.

Nos desvíamos de la ruta principal para acercarnos a un pueblito llamado Zermatt. No es lo que tiene el pueblo lo que llame la atención, sino el sitio donde está ubicado.
Resulta ser la urbanización más próxima al monte ícono de los alpes suizos: el Cerro Matterhorn, también llamado Cerviño desde el lado italiano.

Los últimos kilómetros se hacían lentos, por haber quedado detrás de un auto suizo que para hacer prestigio de la notable organización del país helvético, no superaba la máxima velocidad permitida ni nos dejaba sobrepasarlo.

Justo antes de llegar al pueblo, el auto que nos encabezaba se detuvo sin que haya nada en el lugar que indique para qué había hecho esto.
Un hombre canoso se bajó del auto y caminó hacia el nuestro. Nosotros, no entendíamos nada.

Se presentó en un envidiable inglés, como «Oli» de Berna y nos comentó que estaba prohibido ingresar con el auto a Zermatt sin una autorización del ayuntamiento. Dijo que la policía local vigilaba la entrada con videocámaras y que pronto estaría llegando al lugar para abordarnos y cobrarnos una jugosa multa.
Luego nos dijo que lo acompañáramos de vuelta al pueblo anterior y que él nos llevaría a Zermatt en su propio auto.

Nos inundó la duda. ¿Le creíamos o no? ¿Confiaríamos en ese extraño dispuesto a ayudarnos gratuitamente y subirnos al auto de un desconocido? Mi corazón aventurero de autostopista me decía que nada malo podía pasar y ya hubiera aceptado de arranque, pero no estaba sólo y no quería poner a Janire en una fea situación. Notaba en su cara que tenía la misma duda.

Decidimos volver nuestros pasos hasta el pueblo anterior y hablar más tranquilos con nuestro sospechoso desconocido. Salir de ahí rápido al menos nos haría esquivar la posible multa y tendríamos más tiempo para pensarlo.

Típicas construcciones suizas

Típicas construcciones suizas

Allí nos explicó más detalladamente la situación, pero básicamente era lo que nos había dicho antes. Había buses eléctricos que suben a Zermatt y con precios elevados, pero él nos ofrecía llevarnos en su auto gratuitamente. Para colmo, nos pagaba el estacionamiento del Toyotita mientras estemos con él.

Raro, raro, muy raro.
Por un lado, era Suiza, tierra segura si las hay. Por el otro, ¿por qué insistía en ayudarnos tan desinteresadamente? Podíamos disculparnos y volver a la ruta principal sin ver la montaña. Pero el famoso Matterhorn estaba tan cerca… ¿Qué hacíamos? Teníamos que decidirnos pronto.

Si algo aprendí en este viaje, es que el mundo está lleno de gente buena y no era la primera vez que me querían ayudar así. Pero repito, no estaba sólo y no quería arriesgarnos.
Decidimos aceptar, eramos dos contra uno, pero por si acaso, agarré la navaja multiuso que llevo y la puse en mi bolsillo, bien a mano, jeje.
Encima, había una ironía: la navaja era justamente suiza.

¡Con la navaja multiuso!

¡Con la navaja multiuso!

El hombre resultó ser muy sincero y cordial. Nos dijo que tenía que hacer un trabajo de una hora y media en Zermatt, que nosotros podríamos recorrer el pueblo y luego nos llevaría de vuelta hasta el auto.

¡Y así fue! ¡Todo tal cuál él nos dijo! ¡Incluso lo de la multa era verdad, como pudimos averiguar después! Nos llevó, nos evitó pagar castigo y estacionamiento, y nos llevó de vuelta a nuestro auto.
A la vuelta, le regalamos un chocolate que casi no quería aceptar, pero era lo menos para recompensar la genial hospitalidad y ayuda que nos había dado.

Zermatt es un pueblo de fantasía. Casitas suizas, ambiente de montañismo y unos paisajes hermosos.
El Cerro Matterhorn, aunque nublado en su cumbre, tiene una forma muy particular que le dió su fama. Su cima es una pirámide casi perfecta y sus laderas blancas convierten en postal hasta las fotos del más novato de los fotógrafos.

Quizás nunca escucharon su nombre, pero probablemente disfrutaron de un chocolate suizo que tiene su figura triangular como emblema: Toblerone.

El famoso Toblerone, con el logo del Matterhorn

El famoso Toblerone, con el logo del Matterhorn


El hermoso Cerro Matterhorn/Cerviño

El hermoso Cerro Matterhorn/Cerviño


El Cerro Matterhorn un día despejado. Fuente: Wikipediaº

El Cerro Matterhorn un día despejado. Fuente: Wikipedia

Suiza es un país de fabulosa belleza con mucho para contar, y estoy tentado y embalado a seguir escribiendo sobre él, cosa que no cuesta nada. Pero para no cansarlos, dejaré una segunda parte para el próximo post y en cambio les ofrezco algunas fotos más de este pueblito mágico. ¿Trato hecho?

¡Saludos a todos!

En Zermatt, con el Matterhorn de fondo

En Zermatt, con el Matterhorn de fondo


En Zermatt, con el Matterhorn de fondo

En Zermatt, con el Matterhorn de fondo


En Zermatt, con el Matterhorn de fondo

En Zermatt, con el Matterhorn de fondo


En Zermatt, con el Matterhorn de fondo

En Zermatt, con el Matterhorn de fondo


En Zermatt, con el Matterhorn de fondo

En Zermatt, con el Matterhorn de fondo


En Zermatt, con el Matterhorn de fondo

En Zermatt, con el Matterhorn de fondo


Decoraciones helvéticas

Decoraciones helvéticas


En Zermatt, con el Matterhorn de fondo

En Zermatt, con el Matterhorn de fondo

 

28 comentarios para Un viaje por los Alpes, Parte 1: Lagos de ensueño y la hospitalidad suiza en el Matterhorn

  1. Irene escribió:

    Casi casi que nos sacamos fotos en los mismos lugares en este post! Hice el mismo viaje que vos a Como y Lugano. 😉

    • Ariel C. escribió:

      Jaja mirá vos!! Y… la verdad es que cada lugar es fantástico y da para sacarse miles de fotos… Igual la conozco señorita, y me imagino que sus fotos estarán bastante mejor tomadas!! Pero bueno, lo que vale es la intención, ¿no? jeje
      Todo bien por allá? Beso grande!!

  2. Lucia escribió:

    Ariel!! que hermoso que es Suiza!!! Yo conoci Berna y Basilea (sin mucha expecativa) y quede enamorada de sus paisajes!!!! Te mando un beso enorme y que sigas disfrutando

    • Ariel C. escribió:

      Ufff, Berna y Basilea! Me quedan pendientes!!!
      Suiza es muy muy lindo, es una lástima que no lo visiten tanto… o quizás no tanta lástima, así el turismo masivo no lo degrada tanto y se puede disfrutar aún más!
      Ahí subí el segundo post de Suiza! Beso grande Lu!! Gracias siempre por tu comentario!

  3. Diego Buzza escribió:

    y la foto con el suizo???
    mal cassan ahi eh!

    saludos!!

    • Ariel C. escribió:

      Jajaja, ya te lo dije por chat… Ni voy a contestarte! Tanto post, tanta foto, tanta elocuencia y poesía (?) y me preguntas eso? jajaja
      Abrazo grande Diego!! Gracias!

  4. Mariano escribió:

    Chabonnnnn!! 2 cosas.

    En la primera foto del Lago di Como dije «Chabon, es igual a Villa Traful!!!!», y a los 2 segundos veo que abajo habias compartido esa misma foto. Que genial me parece encontrar a tantos kilometros de distancia una imagen que se repite! Y que genial me parece tambien (sin tirar abajo tu envidiable idea de recorrer el mundo) darnos cuenta de que en nuestro pais, tenemos paisajes hermosos, que se encuentran en otro lado! Jajajajaja.

    Me agarro melancolia del viaje por el sur 🙂

    Ah, y una cosita, en el logo de toblerone, hay un oso encubierto en el monte, pero en la foto original no esta!!!! ES TODO VERSOOO! jajajaja. Abrazo grande papa!

    • Ariel C. escribió:

      Chabooooon!
      Sin duda lo que decis es verdad. Argentina está lleno de lugares hermosos y que le pueden competir a cualquier otro país. Si uno viaja, es para conocer gente distinta, nuevas culturas, nuevas experiencias y abrir la cabeza a las locuras fabulosas que hay en el mundo, pero si fuese sólo por los paisajes, uno podría quedarse en Argentina y sentirse más que satisfecho!
      Y es verdad lo del Toblerone!! Ese oso es re chamuyo!! Pero que bueno que está el chocolate!! Así que que hagan lo que quieran!! jaja
      Abrazo grande!! Ya habrá chances de una segunda versión del viaje al sur!!

  5. JANIRE VIGURI escribió:

    eyyyyy! que genial la noche estrellada, nunca vi tantas estrellas..tan tan nitidas.. creo que me quede embobada mirandolas más de unos minutos, y creo que podria haber pasado horas si no hubiera hecho tanto fresquito..

    Lo del hombrecito..si..era raro, muy raro..si hasta me regalo una cocacola para pasar el calor que hacia.. los folletos informativos..incluso nos hizo de guía por allí, la verdad que muy buena gente.. espero que el toblerone no se derretiría!jeje

    un beso muy grande chico! muak!

    • Ariel C. escribió:

      Una de las noches más bonitas del viaje, sin dudas… Más allá de las estrellas y el lugar, recuerdo muy bien nuestras charlas en el auto antes de dormir… Sabes de que hablo, no? 😀
      Y lo del hombrecito, si. Hay que aprender a confiar más en la gente. Uno se podrá llevar algún disgusto por esto, pero si no se hace de vez en cuando, se pierden experiencias y anécdotas geniales también.
      Beso grande para ti también, «chica»!! Muxus!!

  6. silvia escribió:

    hola que bello leer tu experiencia. Sabes que yo llegue hasta el monte cerviño y me emocione pues senti que estaba muy cerca de la tierra de mis ancestros MELLO (sondrio). Estuvistes cerquita cuando pasastes por los lagos del norte de Italia, queda en camino Mello hacia este lugar o fue una falsa intuicion la mia. gracias! silvia

    • Ariel C. escribió:

      Hola Silvia! Bienvenida a la Odisea!!
      Como te comenté en el mail, no fuimos hasta Mello lamentablemente. Estuvimos en Menaggio, a unos 40km de la ciudad de tus ancestros. Me hubieras dicho antes y pasábamos!
      Un gran saludo, y gracias por el mensaje!!!

  7. silvia escribió:

    continuo junto a ti en la odisea y gracias por tu pronta respuesta. Hoy hice contacto con tu blog por eso no te avise, debe ser que me espera a mí mi pueblo jaja. ABRAZOTE entrerriano para ti!!

  8. Graciela escribió:

    Ari: qué hermosos lugares estás recorriendo! Italia tiene hermosas vistas a cada paso, el Lago Di Como,un color espectacular! Y Suiza se ve bellísima, con un contraste de colores en sus paisajes que los hace realmente soñados!
    Te mando un beso gigante!!!!

    • Ariel C. escribió:

      Muchas gracias!!! Ya quiero ver las fotos que saquen ustedes, que serán tan buenas o aún mejores!!
      Que genial viaje van a hacer! No veo la hora para volver a verlos!!!
      Un gran beso!!! Ya falta poco para el gran reencuentro!

  9. Juan Pablo escribió:

    No puedo creer que este como un mes atrasado en la lectura de este increíble blog!! jaja Voy a tratar de ponerme al día nuevamente.

    Muy zarpados los alpes loco, que paisajes…. igual lo que mas me sorprendió de todo el post fue la historia del señor que los ayudo en Zermatt. Justo estaba viendo en la tele una especie de cámara oculta en Bs. As. donde mostraban como los taxistas que subían a un turista extranjero les hacían el cuento de que le habían pagado con un billete falsa de 100 y les pedían otro. Que lejos estamos de Suiza….

    Sigo leyendo 😉

    Abrazo!!!!

    • Ariel C. escribió:

      Si vos vas atrasado en la lectura, yo voy atrasadísimo en la escritura, así que despreocupate! jeje
      Y por lo del suizo, por más como dicen que en Buenos Aires «no hay pan para tanto chorizo», la de los taxis también se ve por acá… hay actitudes que son más universales. O quizás es mi nostalgia con la city porteña? jeje
      Un gran abrazo papá!! Gracias por el mensaje y por seguir la lectura!!

  10. ALFREDO escribió:

    Hola hola Ariel !! Reapareci en los comentarios de tus post , luego de una larga ausencia , entre el viaje y problemas tecnologicos.
    Excelente el post , los paisajes , que fotos.
    Nuestro pais no tiene nada que envidiar .El Matterhorn me hizo acordar a las imagenes del Fitz Roy , tambien siempre tapado con alguna nubecita .Ahora el Chalten compararlo con el pueblito suizo, le falta bastante , no?
    Me imagino tu disfrute de ese cielo plagado de estrellas en la noche suiza.Que espectaculo para el amante del cielo nocturno , te falto el telescopio ,no ?
    Un abrazo grande y ya me voy poniendo al dia.

    • Ariel C. escribió:

      Pá!!! Gracias por el comentario!!! Acá estoy retomando el blog para cerrar el año!
      El chaltén no tiene nada que envidiarle a nadie, pero sin duda los Alpes son un lugar fantástico!!
      Un gran abrazo!!! Hablamos en estos días!!!

  11. luis gerardo murillo hernandez escribió:

    que barbaros que dichosos soy de costa rica y los envidio por conocer esos lugares q son mi sueño.es hermoso estar por ahi sentir la brisa de los alpes suizos o en ese pueblo tan hermoso donde estuvieron…los felicito y les mando un saludo y un fuerte abrazo….

    • Ariel C. escribió:

      Luis!! Muchísimas gracias por tu comentario y bienvenido a la Odisea!
      Me alegra que hayamos podido compartir contigo esas experiencias, y si tu lo deseas, espero que te animen a salir en búsqueda de cumplir tu propio sueño, y que seas tú el que luego las compartas con nosotros!
      Ánimos y gracias nuevamente! Pura vida!

  12. luis gerardo murillo hernandez escribió:

    Soy de nuevo luis gerardo murillo hernandez…me encantaria q me envien fotos de esos paisajes maravillosos a mi correo porfavor…se los agradecere de todo corazon por el resto de mi vida gracias…luisgh2979@gmail.com

    • Ariel C. escribió:

      Luis, gracias nuevamente por tu mensaje! Nos alegra muchísimo!
      De donde quieres las imágenes? Suiza? Los Alpes? Envíame un correo a contacto@odiseaporelmundo.com o a través del enlace «Contacto» en el menú superior del blog, y te lo contestaremos con las fotos que tengamos.
      Un gran abrazo! Saludos a todos los ticos!!

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