Como sucede con todas las otras grandes ciudades del mundo, sobrecargadas de historia, monumentos y sitios de interés, el turista que decide visitar Roma se encuentra ante un habitual problema logístico.
Con más de 900 iglesias, vestigios de un pasado que se remonta a 2700 años, maravillas renacentistas y barrocas, museos de altísima calidad y relevancia, fuentes increíbles, callecitas encantadoras, y todo esto desperdigado en un millón de kilómetros cuadrados lleno de turistas y romanos, impacientes y apresurados, es normal que nos preguntemos… «¿Cómo hago para visitar Roma, de una manera organizada, económica y sobre todo, poder disfrutarla como un paseo, en vez de enloquecer siguiendo agotadores itinerarios turísticos?»
Por eso, aquí presento mi propia Guía Práctica para descubrir la «Dolce Vita», las «Siete Colinas», la capital imperial, que pueden imprimir y llevar consigo, si quieren hacer rendir mejor sus días en la ciudad, pasarla bien, aprovecharla, disfrutar, y como bien dice el título, ¡no volverse loco en el intento!
Pueden descargarla e imprimirla haciendo click: aquí.
Nota: Los precios, horarios y datos mencionados en la guía están actualizados al año 2013.
Cómo llegar:
«Todos los caminos llevan a Roma», dice el refrán. Sí, pero… ¿Cuál tomaremos?
Bueno, de más está decir que depende mucho del lugar desde donde vayan. Si ya están en Italia y no tienen auto, es probable que el tren sea la opción de transporte elegida, ya que el bus no está tan extendido y termina no valiendo la pena como alternativa.
Los trenes llegan generalmente a la estación principal llamada «Termini», en el borde derecho del área considerada «Centro» en cualquier mapa de la ciudad. Tengan en cuenta que está cerrada de madrugada (Lo sé porque quise dormir allí, pero me echaron y terminé en los asientos de Villa Borghese).
Existen otras estaciones alternativas: «Tiburtina» (la segunda alternativa, algo más alejada de Termini hacia el noreste y habitual si llegan desde Florencia), «Ostiense», «Trastevere» y «Tuscolana», pero son más comunes en viajes regionales dentro de la provincia de Lacio (en la cual está Roma).
Si están en ciudades más alejadas dentro de Europa, probablemente viajen en avión y arriben al Aeropuerto Ciampino, 15km hacia el sureste de la ciudad.
Si vienen desde más lejos, en vuelos internacionales o intercontinentales, seguramente lleguen al Aeropuerto Fiumicino, 30km hacia el suroeste, muy cerca del mar.
Bien, ¿Cómo hacer para llegar al centro sin pagar costosos viajes en taxi?
Desde Fiumicino existen dos buenas opciones. El tren «Leonardo Express» cuesta €15 y tarda 30 minutos en llegar a la Termini, partiendo también cada media hora. La otra, más económica, es tomar un bus justo a la salida del aeropuerto por €4.50, pero tarda 1 hora. Por la noche, la frecuencia es cada una hora, u hora y media, así que consulten los horarios de las empresas Terravision, Sit Bus Shuttle y COTRAL por Internet.
Desde Ciampino, sólo la opción del bus es sensata. El precio también es de unos €4 ó €5 (dependiendo de la empresa) y toma unos 40 minutos hasta Termini. Aún más económico sería tomar el bus hasta la Línea A de metro (Estación Anagnina) y luego seguir por subterráneo. Pero creo que la diferencia de €1 ó €2 no lo compensa.
La opción del taxi, para que la tengan en cuenta en la comparativa, es de €45 a €60 desde los aeropuertos a la ciudad, y en horario nocturno, muchos taxistas incrementan su tarifa.
Podrían también llegar por barco, en un crucero que se detenga en Civitavecchia, pero el poco tiempo que dispongan en la ciudad hará de esta guía algo poco útil para ustedes, por lo que no entro en mayores detalles.
Mejor época para visitar:
Esta es una sección muy habitual en guías de turismo. Sin embargo, pocas veces es útil. ¿Quién dispone de todo el tiempo del año para decidir cuando viajar a Roma? Generalmente sólo es posible «cuando me dan las vacaciones» o «cuando haga ese viaje por Europa que siempre soñé».
Por lo tanto, la mejor época para visitar Roma es simplemente ¡cuando ustedes puedan ir!
La ciudad la van a poder disfrutar en cualquier momento del año, sin lugar a dudas. Es verdad que hay meses como abril o noviembre que son más lluviosos y pueden frustrar los ánimos, pero también les permitirá ver la lluvia caer dentro del Pantheon romano, y todos los museos y monumentos por dentro, y pasear sin el intenso calor del verano. Y si aún no los convence, ¡al mal tiempo, buena cara!
Alojamiento: ¿dónde dormir?
Esta es la sección más complicada de la guía. Nos encontramos ante una de las ciudades más caras del mundo, y lógicamente, se hace notar en los precios de los alojamientos.
Primero, les recomiendo que echen un vistazo al mapa orientativo de Roma que se encuentra unas secciones más abajo. Es importante reconocer los puntos principales, para no decidirse por un alojamiento muy alejado del centro y que luego nos trastorne la visita en largos viajes urbanos, con la pérdida de tiempo que eso conlleva. Hay muchos hoteles nuevos, más modernos y a su vez económicos, situados en las autopistas de acceso a la ciudad. Estos deberían ser descartados de inmediato.
En segundo lugar, cuanto más cerca del centro histórico pretendan estar (por ejemplo, de Piazza Navona y el Pantheon), más caro será el hospedaje.
Las zonas más económicas y aún cercanas son alrededor de la Termini (aunque vale aclarar que cerca de las grandes estaciones de tren, las zonas nunca destacan por su paisajismo y es donde suelen verse más inmigrantes ilegales y vendedores callejeros), entre la Termini y el Coliseo, y la ribera occidental del Río Tíber, al norte del Vaticano o por el Trastevere.
De los muchos hostales y hoteles alrededor de la Termini, algunos se encuentran del lado sur (es decir, hacia el Coliseo o San Juan Letrán) y otros hacia el norte (hacia Castro Pretorio o San Lorenzo Fuori le Mura). Por accesibilidad a las zonas turísticas y mejor ubicación, no les recomiendo los que se encuentren al norte.
Para que se hagan una vaga idea, una semana en un hostal, de los cercanos a la Termini, puede costar tranquilamente entre €200 y €250 por persona, en una temporada media del año.
En el caso de querer ir a un hotel, éstos varían tanto el precio según la calidad, la ubicación y la temporada, que es imposible mencionar cifras.
Lo mejor sería, sabiendo la época en la que piensan ir, orientarse en precios a través de las tantas páginas de reservas de alojamiento que hay en Internet, y luego ya tomar la decisión que corresponda.
Una tercera opción sería tratar de contactar algún anfitrión de CouchSurfing u otra red de alojamiento, aunque irónicamente, en ciudades tan pobladas y alocadas como Roma, a veces es más difícil encontrar anfitriones que en los pequeños pueblos, donde se vive más tranquilo y el extranjero resulta un huésped más especial.
Y dado que el uso de estas redes es más frecuente en jóvenes, y los inmuebles son tan caros en el centro de Roma, lo más probable es que el anfitrión que encuentren viva en los suburbios de la ciudad, y termine resultándoles contraproducente tener que desplazarse al centro ida y vuelta cada día. De todos modos, pueden probar, que no cuesta nada intentarlo.
Cuántos días de estadía son recomendables:
La cantidad de días necesarios para visitar una ciudad de esta escala (recordar que Roma es de las más turísticas de Europa) está muy relacionada a los gustos personales, el porcentaje de sitios que pueden quedar fuera del paseo y aún así irse satisfecho, y a la intensidad con que uno quiere organizar su agenda diaria.
La historia de Roma nos legó un inmenso número de patrimonios culturales, hoy convertidos en atracciones turísticas. En particular, las que más se destacan son las iglesias y las ruinas antiguas.
Estoy seguro que cualquier visitante de la ciudad incluirá al Vaticano, el Coliseo y el Foro Romano, pero… ¿cuántas de las 900 iglesias y más de 30 sitios arqueológicos desean conocer? De más está decir que ningún turista (y prácticamente ningún local) podrán ver todas en su vida, así que hay que elegir.
A grandes rasgos, se podría decir que el tiempo recomendable de estadía en Roma varía entre 5 días y una semana. Este mínimo puede resultar demasiado intenso y difícil de disfrutar con plenitud, mientras que más de una semana puede resultar para la mayoría en últimos días con planes escuetos y que no despiertan nuestro interés.
De ser posible, lo ideal sería reservarse una semana, y a medida que pasan los días y uno cubre con sus paseos todo lo que deseaba, dejar los últimos 1 ó 2 días para una escapada a una ciudad cercana. Las más recomendables y relativamente cercanas serían Pompeya, Nápoles, Castelli u Ostia en viajes de un día, y Florencia, Ischia o Capri para dos días.
Cómo moverse por la ciudad:
Roma es una ciudad muy grande, con muchos barrios/distritos por recorrer y dependiendo el tiempo del que dispongan, probablemente la agenda diaria se vuelva algo pretenciosa en cantidad de sitios por ver.
De acuerdo al alojamiento que escojan, tendrán mayores o menores posibilidades de utilizar únicamente para moverse el mejor medio de transporte que existe: ¡sus propios pies!
Las callecitas de Roma tienen un gran encanto, y es una pena convertir su visita en un check-list de lugares por conocer, teniendo que tomarse una multitud de transportes para llegar a tiempo con un cronograma. Por eso, recomiendo fuertemente que, los que puedan, intenten recorrer la ciudad lo más a pie posible, y así disfrutar de su increíble paisaje urbano.
Sin embargo, entiendo que pueden alojarse en un sector más alejado y un cierto sitio turístico les quede muy lejos. Aquí las otras alternativas:
– Transporte público: Buses, metro y tranvías están administrados por ATAC, y eso permite combinar esos medios de transporte en lo que se consideran «un único viaje». Cada billete simple cuesta €1.50 y es válido durante 100 minutos en todas esas combinaciones de transportes. También existen pases diarios: €6 un día, €16.50 por 3 días y €24 el semanal. Siempre recuerden validar sus billetes en las máquinas amarillas para no ser multados por un inspector.
– Buses: La red más extensa de transporte público por el centro de Roma. En Termini y Tiburtina están la mayor cantidad de terminales, y desde allí se pueden mover hacia donde deseen: Vaticano, Trastevere, las Catacumbas, San Paolo, etc.
– Metro: Hay dos líneas de metro, la A y la B, así que la extensión es escasa. Tener en cuenta que cierran a medianoche (algo más tarde los viernes y sábados) y reabren a las 5:00 am.
– Tranvías: Poco útiles para el turista, ya que no se acercan demasiado al centro. Algunas líneas interesantes son entre el Vaticano y Villa Borghese, o el que va hacia el Stadio Olimpico (para los amantes del fútbol).
– Hop-On/Hop-Off: Los típicos buses doble piso que tienen itinerarios fijos por los sitios turísticos de la ciudad y uno puede subirse y bajarse cuántas veces desee en una cierta cantidad de días. Cuestan unos €20 por día. Si están escasos de tiempo en la ciudad y no les molesta ver la mayoría de las atracciones desde un bus (sólo paran unos minutos en cada parada), es una excelente opción. Deciden unos pocos lugares importantes donde pretenden bajarse y listo!
– Bicicleta: Pensarán que estoy bromeando, pero no. Aunque el centro romano parezca una locura para andar en bicicleta si uno desconoce la ciudad, es posible alquilarlas a precios accesibles y ver la urbe desde dos ruedas. Es más recomendable para zonas periféricas, sobre todo, para ir por la antigua Via Appia, que aún mantiene la calzada empedrada de tiempos del Imperio, y permite recorrer una extensa zona de viejas catacumbas, termas y antiquísimas iglesias. También es posible alquilar motocicletas, scooters y segways.
– Barco por el Río Tíber: También son posibles, pero el río no está muy bien conservado, y aunque debe presentar buenas vistas de la ciudad, no tiene la magia de otros cruceros como el del Sena o los de Venecia.
– Pases de museos: El «Roma Pass» cuesta €34 y parece mucho dinero, es verdad, pero hay que considerarlo. Da acceso ilimitado al transporte público (excepto hacia el aeropuerto), entrada gratis a los dos primeros museos o sitios arqueológicos, y descuentos importantes en todos los demás que se visiten. También hay una combinación llamada «ComboPass» que incluye el Hop-On/Hop-Off y el barco por el Río Tíber.
Como organizar una visita a Roma:
Antes de escribir esto, estuve mirando varias guías turísticas de la ciudad. La mayoría, ofrecen una serie de itinerarios para realizar, y en alguna de sus primeras páginas, los marcan como líneas rectas sobre un plano de calles de la ciudad.
Roma está repleta de sitios interesantes para conocer, y soy de los que opinan que los itinerarios, sólo nos limitan a una trayecto por las arterias y monumentos principales, perdiéndonos todas las sorpresas de las calles aledañas, y con la frustración inconsciente de no querer salirnos del recorrido establecido.
En pocas palabras, creo que los itinerarios convierten el paseo en un checklist de sitios e iglesias que «hay que visitar» para poder decir que uno estuvo allí, cuando la verdadera Roma se siente mejor en cualquiera de sus callecitas, y como bien decía El Principito, lo esencial termina siendo invisible a la vista.
Propongo en cambio organizar la visita por zonas, sobre todo, para ahorrarse idas y vueltas en transporte público todo el tiempo, y tener que cruzar demasiadas veces la ciudad de aquí para allá. El orden de los días, e incluso la combinación de zonas en un mismo día, la deciden ustedes por proximidad de distritos y la distancia con su propio alojamiento. Simplemente, déjense llevar…
He aquí un mapa orientativo de las zonas de Roma, intenten recordarlo lo mejor posible:
También pueden ver y descargar desde aquí dos útiles mapas de la ciudad. El primero, su plano actual, y el segundo, de cómo era la ciudad en tiempos del Imperio Romano.
* Plano de la ciudad
* Mapa de la Roma Antigua
Y ahora sí, zona por zona, mencionaré y describiré sus principales sitios de interés sólo para que se orienten y no se olviden de ver algo que desean, junto al precio de sus entradas (actualizado al año 2013) y algún tip que probablemente les resulte útil.
* Centro Histórico
* Centro Moderno
* Roma Antigua
* Zona Norte
* Ciudad del Vaticano
* Trastevere
* Otros importantes sitios cristianos (sur y este)
Centro Histórico:
Es el centro renacentista de la ciudad. Aunque la zona más antigua, la de los principales edificios imperiales, sea la del Coliseo y el Foro, este sector conserva el mayor encanto de Roma, con hermosas plazas, fabulosas callecitas estrechas y un sinfin de pequeños cafés y restaurantes, donde sentarse a observar el ritmo de la gran urbe.
Se ubica bordeada en el oeste por un meandro en el Río Tíber, y es el punto neurálgico de la ciudad actual. En la Antigua Roma, sin embargo, esta zona era conocida como «Campus Martius» (Campo de Marte, por un templo a dicho Dios) y servía originalmente como zona de esparcimiento y entrenamiento militar para los tropas romanas.
Pantheón:
Construido en el año 27 aC por el general romano Agrippa (de allí la inscripción en la cornisa de su pórtico) a pedido del emperador Augusto, y reconstruido a principios del s.II por el emperador Adriano, fue consagrado como templo a todos los dioses romanos, tutelares de la familia Julia. Es una maravilla de la arquitectura antigua, con su gran bóveda superior y las perfectas proporciones de su estructura interior.
Desde el s.VII es una iglesia cristiana, y allí se encuentran los restos de los primeros dos reyes de Italia (Víctor Manuel II y Humberto Primo) junto a sus esposas, y otros importantes personajes de la historia del país itálico (incluidos los restos del pintor Rafael).
El círculo en el techo es un agujero real, existente desde los orígenes para que el edificio no colapse. Si llueve durante su estancia en Roma, acudan al Pantheón a ver como cae la lluvia dentro del recinto, cuyo centro es separado de los visitantes por una cuerda.
Su cúpula es la más grande en el mundo de concreto sólido sin reforzar, con un diámetro de 43 metros.
La entrada es gratuita, y por ser un iglesia, se procura silencio y un código adecuado de vestimenta. El horario de apertura es de 8:00 a 19:30, domingos de 9:00 a 18:00 y festivos de 9:00 a 13:00.
Templo de Adriano:
Sólo una fachada queda remanente del edificio construido por el emperador Antonino Pío en el año 145, en conmemoración de su predecesor, Adriano. El resto del edificio que se puede observar detrás fue antiguamente la Aduana Papal y ahora alberga la Bolsa de Comercio de la ciudad.
Santa María sopra Minerva:
Santa María (sobre el antiguo templo a la diosa Minerva) es la única iglesia gótica de la ciudad y la segunda principal para la Orden de los Dominicos. Se encuentra justo a la derecha del Pantheón, y en su exterior se halla una estatua de un elefante diseñada por Bernini, que sostiene un obelisco egipcio del s.VI aC.
Aunque la fachada parezca simple, el interior de la iglesia merece la visita, al menos por sus impresionantes vitraux y el «Cristo Redentor» de Miguel Ángel.
En una calle lateral, podrán encontrar la tienda «Gammarelli», que desde hace siglos confecciona la vestimenta de los papas.
Piazza Navona:
Probablemente es la plaza más bonita de Roma. Es una obra barroca del s.XV en la ubicación del antiguo estadio de carreras de carruajes del emperador Domiciano (justo atrás del edificio que se encuentra en la esquina norte de la plaza, aún pueden verse algunos vestigios del estadio).
Sus tres fuentes son increíbles. La central, diseñada también por Bernini, es la famosa Fuente de los Cuatro Ríos, haciendo alusión al Nilo, al Gánges, al Danubio y al Río de la Plata. Presten especial atención y traten de descubrir los ocho animales ocultos en la escultura. Las otras dos fuentes (de Neptuno y del Moro) son de Giacomo della Porta y son realmente destacables también.
Dos iglesias custodian la plaza: Santa Inés en Agnona (de Borromini) y Nostra Signora del Sacro Cuore. Pero muy cerca también se encuentran otros tres excelsos templos cristianos: San Luigi dei Francesi (al noreste), y Santa Maria dell’Anima y Santa Maria della Pace (al noroeste).
Por último, y quizás lo que le da mayor color a esta bellísima plaza, es la gran cantidad de pintores y otros artistas callejeros que se ubican en el sector norte. Sus hiper-realismos y retratos son dignos de admiración.
Sant’Ivo alla Sapienza:
Es una pequeña iglesia díficil de encontrar, dentro del Palacio de la Sapienza, entre el Pantheón y Piazza Navona. Es una obra maestra del barroco, diseñada por el gran Borromini, y está consagrada a San Ivo, el patrón de los juristas.
La principal obra de arte del interior es un hermoso altar del pintor y arquitecto Pietro da Cortona.
Piazza Colonna y Piazza di Monte Citorio:
Ambas plazas están una al lado de la otra, entre el centro histórico y el moderno.
La Piazza Colonna («columna», en italiano) debe su nombre a una columna mandada a erigir en el año 192 por el emperador Marco Aurelio para celebrar su victoria ante los germanos y los sármatas.
La plaza del Monte Citorio (llamada así por una pequeña colina homónima en la que se encuentra) contiene un obelisco egipcio de granito rojo traído de Heliópolis por el emperador Augusto en el año 10.
Ambas plazas, así como sucede en todo el centro histórico, están rodeadas por un gran número de increíbles palacios, algunos de ellos visitables.
Destacan el Palazzo Chigi (sede del Gobierno Italiano), el Ferraioli y el Wedekind en Piazza Colonna, el Palazzo Montecitorio (Cámara de Diputados) en la plaza homónima, el Palazzo Farnese (embajada francesa), el Palazzo Altemps (Museo Nacional Romano, entrada €10) o los de Spada, Crivelli, Taverna y Madama.
Campo dei Fiori:
Otra de las plazas más lindas de la ciudad, a unos pocos cientos de metros al sur de Piazza Navona. Es recomendable visitar Campo dei Fiori (literalmente «Campo de las flores») en dos momentos distintos.
Durante el día, sobre todo si está soleado, la plaza es un gran mercado de productos culinarios y artesanales de residentes locales. Pero al caer la tarde, todos los puestos son desalojados para convertirla en un centro de estudiantes en busca de fiesta y de muchas parejas que aprovechan el ambiente romántico para disfrutar de una mágica velada, o cenar en alguno de los excelentes restaurantes tradicionales que la rodean.
Unos siglos atrás, Campo de’Fiori era un sitio reconocido por sus ejecuciones públicas. Una de ellas, la del gran astrónomo Giordano Bruno, es recordada con una estatua ubicada en el centro de la plaza.
Largo di Torre Argentina:
Una pequeña parcela de terreno fue excavado durante el gobierno fascista de Mussolini, dejando al descubierto algunos vestigios de la cuarta república romana. El sitio no es accesible, pero se puede ver desde la calle. No presenta mayor interés al turista (aunque sí lo es a nivel arqueológico), por lo que considérenlo sólo un sitio de paso.
Iglesia del Gesú:
Otra impresionante iglesia del centro romano, es la casa principal de la Orden de los Jesuitas. Se encuentra muy cerca de Piazza Venezia (monumento a Vittorio Emmanuele).
La decoración interior es asombrosa. Sus capillas son obras de arte exquisitas, así como lo es el domo central, pero la mayor atención se la llevará el fresco del techo: el «Triunfo del nombre de Jesús», de Gaulli.
Centro Moderno:
Este distrito contiene las zonas más modernas de la ciudad. Destacable es el barrio de Trevi, con la famosa fuente y sus laberínticas callecitas. También la famosa y carísima Via Veneto, reconocida por el film «La Dolce Vita» de Fellini.
Es el distrito más cercano a la Estación Termini. En la antigüedad, era atravesado por tres de las siete colinas romanas (Quirinal, Viminal y Esquilino) y por la muralla serviana que protegía la ciudad. Contenía algunas de las termas más importantes de la capital imperial.
Fontana di Trevi:
Es la fuente más famosa de Roma, quizás desde su aparición en películas como «Tres monedas en la fuente» o «La Dolce Vita». En ellas, se comenta acerca de la leyenda de esta fuente.
Si se tira una moneda, podrás volver a Roma. Si se tiran dos, te enamorarás de una bella romana (o un bello romano). Si se tiran tres, te casarás con ella/él. Además, se dice que es de buena suerte hacerlo con la mano derecha sobre el hombro izquierdo.
Como sea, la Fontana di Trevi (literalmente, «fuente de las tres vías», por encontrarse en una intersección de tres calles) es una obra maestra del arte barroco, diseñada y finalizada en 1762 por Nicola Salvi. En ella, se puede observar una colosal escultura del Dios Neptuno, flanqueada por dos tritones. Uno, peleando para controlar a un caballo marino. El otro, haciendo lo propio con una criatura pacífica. Esta composición mitológica desea mostrar la naturaleza dual de los océanos.
Es el corazón romántico de Roma, y vale tanto contemplarla de día (a pesar de la multitud de turistas lanzando monedas y tomándose fotografías) como a la madrugada, con su increíble iluminación.
Via Veneto:
Es sólo una calle, sí. Pero así como los Campos Eliseos de Paris, o la Regent Street de Londres, la Vía Veneto de Roma es la arteria más famosa y lujosa de la ciudad. Allí se encuentran numerosos cafés y restaurantes (¡no intenten ver lo que cuesta tomar algo en ellos!), la embajada norteamericana en el Palazzo Margherita y algunas de las tiendas más exclusivas. Comienza en Piazza Barberini (Metro línea A) y lleva a una entrada lateral del enorme parque llamado Villa Borghese.
Fontana di Tritone y Quatro Fontane:
Muy cerca de la Fontana di Trevi, hay otras dos increíbles fuentes por visitar.
En Piazza Barberini, donde comienza la Via Veneto, se encuentra La Fontana di Tritone (Fuente de Tritón). Es un magnífico diseño en travertino de Gian Lorenzo Bernini, de 1642, donde se observa al Dios Tritón lanzando un chorro de agua a través de una caracola, sentado sobre una enorme ostra sostenida por delfines.
Siguiendo la Via di Quattro Fontane con dirección a Via del Quirinale, nos encontramos en dicha intersección con un excelso conjunto de cuatro fuentes renacentistas del s.XVI que le dan el nombre el sitio, diseñadas por Domenico Fontana y Pietro da Cortona. Representan el Río Tíber, el Río Arno, la diosa Diana y la diosa Juno, respectivamente.
Allí mismo se encuentra la posterior iglesia de San Carlo alle Quatro Fontane, pequeña pero hermosa obra del maestro Borromini.
De camino entre ambas fuentes, se encuentra el Palazzo Barberini, que aloja la Galería Nacional de Arte Antiguo. Su colección incluye pinturas de Lippi, Caravaggio y Rafael. La entrada cuesta €5.
Las tres iglesias de Santa Maria en el Centro Moderno:
Muy cerca unas de otras, hay tres destacables iglesias dedicadas a la Virgen María.
Santa Maria della Concezione dei Cappucchini está ubicada sobre Via Veneto, muy cerca de su origen en Piazza Barberini, encargada por el entonces hermano del papa Urbano VIII, Antonio Barberini, quién era monje capuchino.
La iglesia en sí es notable, con increíbles capillas. Pero lo más sorprendente es su cripta, decorada con los huesos y calaveras de unos 3700 monjes. Para entrar, se exige una donación de sólo €1 para su conservación.
La segunda, Santa Maria della Victoria, se encuentra en el cruce de Via Barberini y Via XX de Settembre. Es una pequeña basílica de los carmelitas descalzos.
No destaca por su tamaño, considerando que sólo posee una única nave, pero si por su arte interior. El más impactante probablemente, es el «Éxtasis de Santa Teresa», la obra cumbre en el campo de la escultura de Gian Lorenzo Bernini, famosa por el best-seller de Dan Brown, «Ángeles y Demonios».
Continuando apenas 200 metros en dirección a la Termini se encuentra la Piazza della Repubblica. Allí se encontraban antiguamente las termas del emperador Diocleciano, de las cuáles aún se pueden ver algunos vestigios.
Sin embargo, parte de la estructura sirvió de base para la construcción de la «Basílica de Santa Maria degli Angeli e dei Martiri», un impresionante templo diseñado por el mismísimo Miguel Ángel. Entre sus elementos más destacados, se encuentra una meridiana solar (reloj) diseñado también por él pero realizado por Franceso Bianchini, bajo el crucero de la iglesia. Se construyó para competir con la existente en Bologna, para demostrar la exactitud del calendario gregoriano y para determinar las fechas de las pascuas.
Una cuarta basílica a la virgen también se encuentra en las cercanías, Santa María la Maggiore, pero por su importancia hablaré sobre ella en la última sección de esta guía.
Palazzo del Quirinale:
En el medio del centro moderno se encuentra el Palacio del Quirinal, residencia del presidente de la República Italiana y famosa por sus preciosos jardines.
Fue construido en 1573 como la residencia de verano papal (actualmente es Castel Gandolfo, en el pueblo de Castelli). Posteriormente fue la residencia oficial del papa y de los reyes de Italia.
No se admite generalmente el ingreso del público, aunque se realizan visitas ocasionales a sus jardines. De todos modos, suele ser necesaria la reservación previa, o al menos esperar largas colas. Sin embargo, pueden observarse sus fachadas desde afuera, sobre todo desde la Piazza del Quirinale, otra bella plaza empedrada.
Roma Antigua:
Roma sería probablemente sólo una simple ciudad si no fuera por el importante legado que le supuso ser la capital del Imperio Romano, y quizás como consecuencia directa, ser elegida como la magna sede, sitio sagrado y principal destino de peregrinación de la religión cristiana.
Tras la caída de Roma en el año 476, el tiempo fue deteriorando los vestigios de la época republicana e imperial hasta convertir la mayoría de sus restos en simples ruinas difíciles de rearmar mentalmente. Otras, se mantienen en un relativo buen estado, como el caso del Coliseo.
Pero junto al Vaticano, esta zona antigua sin duda ha convertido la ciudad en uno de los destinos turísticos más visitados del mundo. Además de las ruinas romanas, este distrito contiene algunas iglesias y museos prácticamente obligados para visitar (e.g. San Pietro in Vincoli y el Museo Capitolino).
El Coliseo Romano:
La gran arena del Anfiteatro Flavio, más conocido como «El Coliseo», es un monumento único en el mundo, pero muy controversial.
Existen muy pocos restos del Imperio Romano aún en pie tan bien conservados como este anfiteatro, más allá de que igualmente parezca algo derruido (¡2000 años no vienen solos para nadie!). Sin embargo, su uso para carreras de carruajes y luchas en donde gladiadores y otros sentenciados eran obligados a dar su vida para entretener al pueblo romano, provoca en muchos visitantes un sentimiento interno de rechazo y consternación.
Dejando esto de lado y pudiéndolo apreciar como un legado del pasado, el Coliseo (apodado así por una estatua colosal del emperador Nerón hoy perdida que se ubicaba cerca de la puerta de ingreso) es un clásico de cualquier visita a la ciudad y su estado de conservación es destacable.
Su construcción fue iniciada por el emperador Vespaciano en el año 72 y terminada por su hijo Domiciano en el 80. Medía 48 metros de alto, 188 metros de longitud y 156 metros de ancho. La arena era de 86 x 54 metros, aunque actualmente no es visible, ya que fue retirada para que el visitante pueda observar sus túneles subterráneos, por donde los gladiadores y animales caminaban antes de hacer el ingreso.
El precio de la entrada general es de €12 (€9 para jóvenes de la UE entre 18 y 24 años, gratis para aquellos de la UE menores de 18 o mayores de 65), sirve para dos días consecutivos e incluye también la visita al Foro Imperial y el Monte Palatino.
Existe una gran preocupación previa en la mayoría de los visitantes de si tendrán que hacer una extensa cola para ingresar. Desde otros puntos de la ciudad y desde Internet se ofrecen tours guiados en tu idioma que incluyen el ingreso sin cola, a precios como €25, y muchos deciden contratarlos como prevención.
Mi recomendación es que NO lo hagan, por dos simples motivos. Primero, vayan hasta el coliseo y miren cuánta cola hay. Si hay poca cola, dentro del coliseo pueden contratar visitas guiadas en todos los idiomas que salen cada 30 minutos y cuestan sólo €4,50.
Si encuentran mucha cola, hay una mejor alternativa. La entrada, como mencioné, es la misma que para el Foro Romano. Caminen los escasos 200 metros entre ambos sitios y compren la entrada allí. Pueden volver al coliseo o visitar primero el Foro y el Palatino, pero entrarán al Coliseo sin cola al igual que con los caros tours guiados.
De no querer pagar un guía, las audioguías alternativas cuestan €4 (¡si son más de una persona, lleven auriculares que pueden conectarnos a la audioguía tanto aquí como en el Museo Vaticano!), aunque se vuelven algo molestas de cargar y escuchar todo el tiempo.
El horario de apertura diario es el siguiente: De octubre al 15 de enero es de 9:00 a 15:00, del 16 de enero al 15 de febrero es de 9:00 a 16:00, del 16 de febrero al 17 de marzo es de 09:00 a 16:30, del 18 de marzo al 16 de abril es de 9:00 a 17:00 y del 17 de abril a fin de septiembre es de 09:00 a 19:00.
Arco de Constantino:
Ubicado justo al oeste del Coliseo, este precioso arco está relativamente en muy buen estado de conservación y es realmente impresionante.
Fue mandado a construir por el emperador Constantino alrededor del año 315, para celebrar su victoria sobre su emperador rival Majencio en la batalla del Puente Milvio (el puente actual está repleto de candados puestos allí por enamorados, y fue el que comenzó la costumbre que se extendió a otros puentes famosos de Europa).
Su diseño y decoración general es similar al Arco de Septimio Severo, que se encuentra dentro del Foro Romano.
Foro Romano y Monte Palatino:
Muy cerca del Coliseo, en un valle entre la Colina Capitolina y la Palatina, se encuentran los restos del que fuera el Foro Romano, el centro de poder del gran Imperio.
Suele tener considerablemente menos turistas que el Coliseo, pero desde una perspectiva histórica, resulta mucho más interesante. Su horario de apertura es de lunes a sábado de 9:00 a 18:00 en verano, y de 9:00 a 15:00 en inverno. Los domingos de 9:00 a 13:00 todo el año. El precio de la entrada está incluido en la del Coliseo (ver tip sobre las entradas en la descripción del Coliseo), y aunque sirve para dos días, la cercanía y el posible cansancio que sufran tras ver tantas ruinas indescifrables, hace recomendable que sean ambos visitados el mismo día, junto al resto de los complejos de la Roma Antigua.
Posiblemente sea el sitio de Roma más difícil de recorrer. Por su alto grado de deterioro, producto de la mala conservación durante tantos años, el Foro Romano actualmente no es más que muchas piedras y algunas columnas en pie, para la visión de la mayoría de los turistas.
Es realmente complicado poder imaginarse como ha sido en el pasado, y como ayuda para intentarlo, pueden hacerse con algunos mapas y esquemas del lugar virtualmente reconstruido, tanto en Internet como en agencias de turismo (o con las audioguías, €4).
Siguiendo la Via Sacra desde el ingreso al complejo por la Via di San Gregorio, podrán ver entre otras, las siguientes estructuras: el Arco de Tito (año 81, construido por Domiciano para su hermano Tito), Templo de Venus y Roma (de los más grandes de Roma, posteriormente convertido en iglesia), la Basílica de Majencio (de la que quedan sólo unos enormes arcos de ladrillo, pero es fácilmente adivinable cómo fue dicha iglesia), los templos de Antonino y Faustina, de César, de Rómulo, de Cástor y Polux, de Vesta y de los Dioscuros (sólo quedan columnas y piedras, o algún edificio reconstruido), la Columna de Foca (una única columna en medio del camino), el Arco de Septimio Severo (año 203), la Curia (el antiguo senado romano, también convertido posteriormente en iglesia) y por último, los templos de Vespasiano y Saturno (los mejor conservados del predio, o lo que es igual, más columnas en pie que los demás).
¿Y qué hay del Monte Palatino, la otra parte de la entrada que comprarán? Esta colina es difícil de diferenciar en la actualidad, pero antiguamente fue el lugar donde se fundó y desde donde se expandió la ciudad. En una cueva de la colina, cuenta la leyenda, vivía Luperca, la loba que cuidó inicialmente de Rómulo y Remo.
Desde la entrada al Foro Romano, en vez de ir a la derecha hacia la Via Sacra, diríjanse a la izquierda y empezarán el recorrido por esta colina, donde en época del Imperio, vivía la alta sociedad y la curia romana.
En ese paseo encontrarán: la «Domus Flavia» (El espléndido palacio construido en el año 81 aC por encargo del emperador Domiciano para ser utilizado como residencia oficial y pública. En la actualidad aún se pueden ver algunas partes de la extensa construcción), la «Casa de Livia» (casa de aspecto modesto construida en el siglo I aC. Es uno de los edificios mejor conservados del Palatino), la «Casa de Augusto» (Construida como la residencia particular de Octavio Augusto, la casa edificada en dos niveles aún conserva gran parte de los preciados y coloridos frescos que decoraban sus paredes), los «Jardines Farnesianos» (Proyectados a mediados del siglo XVI sobre las ruinas del Palacio de Tiberio, fueron uno de los primeros jardines botánicos que se crearon en Europa), el «Hipódromo de Domiciano» (Dotado de la apariencia de un circo romano, no se sabe a ciencia cierta si el estadio fue concebido para la realización de carreras a pie, o bien para ser utilizado simplemente como jardín) y el «Museo Palatino» (Pequeño museo donde se exponen los diferentes hallazgos realizados durante las excavaciones llevadas a cabo en el Palatino).
Desde el extremo sur de la colina, podrán observar los restos del Circo Máximo, hoy sólo un parque que mantiene la forma de estadio, pero antiguamente el estadio principal de Roma, con capacidad para 150.000 personas.
Via dei Fori Imperiali:
La Vía del Foro Imperial recorre desde Piazza Venezia (la gran plaza con el monumento a Víctor Manuel II, «il Vittoriano») hasta el Coliseo, y seguramente tendrán que pasar por ella.
A sus lados, podremos ver desde afuera muchos otros vestigios de las épocas del Imperio. En dirección al coliseo, del lado derecho está el Foro. Desde este ángulo, verán una serie de columnas antes de tener visión completa del complejo ya mencionado. Esas columnas pertenecían al Foro de César, el primero en ser inaugurado en el año 46 aC por Julio César.
Del lado izquierdo, empezarán viendo la Columna de Trajano, construida en el año 113 con relieves que celebran la victoria del emperador Trajano en batalla. Luego, el Foro de Trajano, del cual se pueden ver otra serie de columnas que permiten intuir el aspecto original.
Posteriormente, el gran Mercado de Trajano, del que quedan visibles unas grandes construcciones semicirculares que prevenían el desmoronamiento de la colina Quirinal que se encuentra por detrás.
Por último, a medio camino antes de llegar al Coliseo, se encontrarán unos pequeños restos y unas columnas en pie, las que pertenecían a los foros de Augusto y Nerva, y al templo de Marte Ultor.
Piazza del Campidoglio y Museo Capitolino:
Dando la vuelta a Piazza Venezia (la del monumento il Vittoriano) desde el Foro, encontrarán la «Cordonata», unas largas escalinatas que conducen a la cima de la Colina Capitolina.
En la parte superior, se encuentra la Piazza del Campidoglio, diseñada por Miguel Ángel. Allí podrán ingresar a un museo doble: el Museo Capitolino y el Palazzo dei Conservatori. Ambos están conectados, la entrada cuesta €15 (aunque existen concesiones y días gratuitos) y el horario de apertura es de martes a domingos de 9:00 a 19:00 (¡Gracias José Antonio por el dato actualizado!)
La colección del Museo Capitolino incluye el Coloso de Constantino, el «galo muriendo», la Venus Capitolina y estatua ecuestre del emperador Marco Aurelio, hecha de cobre. Desde este museo es accesible el Tabularium, parte del Foro Romano que conserva los archivos históricos de Cicero y Séneca.
En el Museo del Conservatorio podrán apreciar la Loba Capitolina (la famosa escultura etrusca de Luperca amamantando a Rómulo y Remo), «Lo Spinario» (estatua de un niño griego quitándose una espina del pie) y pinturas de Caravaggio, Rubens y Tiziano.
También desde la Piazza del Campidoglio pueden visitar el ayuntamiento romano y la Iglesia de Santa María in Aracoeli, que aunque su fachada no lo demuestre, por dentro es un bellísimo templo.
Colle Oppio y Domus Aurea:
El Colle Oppio es el atractivo parque al este del Coliseo, justo hacia arriba. Las Termas de Tizano y las de Trajano se encontraban aquí, y aún hoy se pueden ver algunos restos.
Pero anteriormente a estos baños, en la zona estaba el gran palacio del emperador Nerón, llamado «el Domus Aurea» por su gran contenido en oro. La residencia era tan grande que incluso ocupaba el espacio del Coliseo, que en aquel entonces era el lago del palacio.
Tras varios intentos de restaurar el sitio arqueológico en las décadas del 80s y 90s, los restos que yacen aquí están cerrados al público, pero incluso un paseo por el parque es muy placentero.
Piazza Venezia e Il Vittoriano:
La plaza Venecia es una de las intersecciones de tráfico más intenso en la ciudad, y no tiene ningún atractivo en sí misma. Pero del lado sur, encabezando el Cerro Capitolino y el Foro Romano, se encuentra un inmenso monumento dedicado al primer rey de Italia tras la unificación, Víctor Manuel II, hecho casi íntegramente en mármol blanco.
Por aquí pasaran una y mil veces, ya que termina siendo un punto neurálgico de todos los caminos turísticos. El monumento (también apodado «La torta de bodas» o «la máquina de escribir» por su forma) contiene la Tumba al Soldado Desconocido, y por eso su visita debe ser considerada con respeto y en silencio.
Recomiendo subir las escalinatas, ya que la vista de la ciudad desde allí es de las mejores (junto al balcón de Villa Borghese que dá a la Piazza del Popolo). También es posible pagar 7€ y subir hasta la cima con un ascensor panorámico que ofrece excelentes vistas de toda la ciudad (¡gracias José Antonio por el dato actualizado!).
Dentro se encuentra el Museo a la Reunificación de Italia. Desde su balcón, el general fascista Mussolini solía dar discursos arengando al pueblo romano.
San Pietro in Vincoli:
A 300 metros del Coliseo, tras un recorrido difícil de seguir, se encuentra la iglesia de San Pietro in Vincoli (literalmente, «San Pedro encadenado»). La entrada es gratuita.
Es un destino obligado de Roma, ya que contiene dos tesoros de gran interés para el visitante. Uno, es un cofre supuestamente con las cadenas con las que fue condenado San Pedro antes de su crucifixión en la colina del Vaticano.
Y la otra, aún más llamativa, es quizás la más perfecta escultura de Miguel Ángel: «El Moisés». En mármol blanco, la composición también presenta esculturas de Raquel y Lea, y guarda la tumba de Julio II. Cuenta la leyenda que al terminar su obra, el artista reconoció su perfección y exclamó «¿Por qué no me hablas?», golpeando la rodilla de la estatua con su martillo (golpe que aún puede distinguirse).
Otras cinco iglesias cercanas al Coliseo son interesantes para visitar, sobre el Monte Celio (otra de las siete colinas originales): San Clemente (pequeña catedral de los domínicos irlandeses, construida sobre un templo romano consagrado a Mitra), San Stefano Rotondo (La iglesia con planta circular más grande del mundo), San Gregorio al Celio (donde se entrenaban los monjes misioneros), San Giovanni e Paolo (a los soldados mártires del s.III, Juan y Pablo) y Santa Maria in Dominica (con bonitos mosaicos).
Zona Norte:
Opuesta a la Roma Antigua está la Zona Norte de la ciudad, distrito de barrios elegantes y tranquilos.
Piazza Spagna y las famosas escalinatas:
Es probablemente la plaza más famosa de la ciudad y su nombre se debe a la cercana embajada española ante la Santa Sede. Contiene la Fontana della Barcaccia (fuente del barco viejo), obra de Pietro Bernini, padre de Gian Lorenzo. También hay una columna dedicada a la Inmaculada Concepción, coronada por una estatua de la Virgen María y sustentada por estatuas de los profetas Moisés, David, Isaías y Ezequiel. Es visitada el día de la inmaculada concepción (8 de diciembre) cada año por el papa.
Desde esta plaza hacia Villa Borghese se encuentra la Scalinata di Spagna, monumental construcción de 135 escalones construida por el gobierno francés en el s.XVIII. Su fama se debe al glamoroso desfile donde las modelos bajan desfilando por este sitio. En la cima se encuentra la iglesia de la Santísima Trinidad del Monte.
Piazza del Popolo:
Es la plaza más grande de la ciudad, y de las más hermosas. Su forma es ovalada, y contiene en su centro un obelisco egipcio de Heliópolis, traído por el emperador Augusto quién lo dedicó al Sol. Fue abandonado en el Circo Máximo y quedó partido en tres piezas. Al encontrarlo en el s.XVI, el papa ordenó ubicarlo en esta plaza.
Tres iglesias se destacan en esta plaza: las gemelas Santa María del Milagro y Santa María en Montesanto daban la entrada a la ciudad para quiénes arribaban desde el norte, pero la principal es Santa María del Popolo, con pinturas de Caravaggio, una escultura de Bernini y unos mosaicos de Rafael. Suele ser muy visitada actualmente por la relación con la novela de Dan Brown, «Ángeles y Demonios».
Si vienen caminando desde Piazza Spagna, tanto la Via del Babuino como la Via del Corso son dos calles muy bonitas para disfrutar y maravillarse ante la arquitectura de sus edificaciones.
Pincio y Villa Borghese:
Subiendo desde Piazza del Popolo se encuentra el Pincio, un precioso parque dentro de Villa Borghese, con un obelisco egipcio y cuyo balcón provee unas de las vistas más bonitas de la ciudad.
El resto del parque de los Jardines Borghese, es un placer para desconectarse del ritmo de la ciudad, y contiene el Zoológico de Roma, un estanque donde se pueden alquilar barcas de pedal y tres importantes museos.
El Museo y Galería Borghese es de los más geniales del mundo, abierto de martes a domingos de 9:00 a 19:00, y cuya entrada cuesta €12,50. No se permiten cámaras, y el aforo es muy controlado (360 personas cada 2 horas, por lo que sería recomendable comprar la entrada en Internet previamente).
Entre su increíble colección (mucha de la cual se vendió al Louvre de Paris) se encuentran obras de Antonio Canova (la Paolina Borghese), Gian Lorenzo Bernini (Apolo y Dafne, David con la honda, Pluto tomando a Proserpina, la verdad desvelada por Cronos), Caravaggio, Rafael, Durero y Tiziano.
También en Villa Borghese se encuentran el Museo Nacional Etrusco, la Galería Nacional de Arte Moderna y Villa Médici (Casa de la familia Médici en Roma, hoy alberga la Academia Francesa. La entrada cuesta €8).
Ponte Milvio:
El Puente Milvio es el más histórico de la ciudad, y se encuentra sobre el Río Tíber, aún más al norte que Villa Borghese.
Fue construido en piedra en el año 206 aC, y marca el ingreso a Roma desde la Via Flaminia que se extendía hasta el norte de Italia. En el año 115 aC el puente fue destruido y reconstruido.
Desde el año 2006, a raíz de una película, los enamorados comenzaron a poner candados con sus nombres (o simplemente su sentimiento) a un poste de luz. El poste cayó por su peso en el 2007 y tras la construcción de nuevos postes por el ayuntamiento, las parejas pueden continuar en ellos la tradición.
Para llegar, tomar el metro línea A hasta la estación «Flaminio / Piazza del Popolo» y desde ahí el Tranvía Nº2 hasta la penúltima parada.
Ara Pacis y Mausoleo de Augusto:
La Zona Norte también tiene sus restos de la época imperial.
El Ara Pacis era un templo dedicado a la paz, mandado a construir por el Senado Romano (el SPQR que tanto verán en inscripciones) en el año 13 por el retorno a la paz tras las guerras con Hispania y Galia.
Es una maravilla arquitectónica, aunque los exagerados €10.50 que cuesta la entrada para verlo puede «saber a poco». Originalmente se encontraba algo más al sur de su ubicación actual, pero en la época de Mussolini, cuando fue descubierto, fue translado a su ubicación actual y protegido dentro de un edificio mayor, cerca del Mausoleo de Augusto. Una nueva reconstrucción del edificio protector se hizo en el año 2006, y ahora es prácticamente imposible ver el Ara Pacis desde afuera.
Apenas a unos metros se encuentra también el Mausoleo de Augusto, una enorme tumba mandada a construir por dicho emperador en el año 28 aC, con forma circular.
Con el tiempo fue deteriorándose y gran parte fue destruida por el papa Gregorio IX en 1241. Actualmente sólo es visible desde afuera como una estructura redonda cubierta por plantas y mal conservada.
Ciudad del Vaticano:
Probablemente no haga falta hacer una introducción sobre el Vaticano. El enclave romano sirve como territorio oficial de la Santa Sede, y es el Estado independiente más pequeño del mundo, con sólo medio kilómetro cuadrado.
Sin embargo, se dice que guarda una cantidad inigualable de tesoros, reliquias y secretos dentro sus ancestrales muros. Algunas de ellas, están expuestas al público y son sinceramente asombrosas.
Su ubicación, en la margen izquierda del Río Tíber, está del lado opuesto de Roma para aquellos que vengan desde la Termini.
La ciudad/país tiene dos entradas: La principal, siguiendo la Vía della Conciliazone desde Castelo Sant’Angelo hasta la Piazza San Pietro, que permite ingresar a la Basílica, y la otra en el muro norte, que permite ingresar a los Museos Vaticanos.
Piazza San Pietro:
Puede que la Plaza de San Pedro sea la más famosa del mundo, debido a las numerosas imágenes de los fieles cristianos esperando la elección de un nuevo pontífice, o bien de las multitudinarias misas que el papa da allí cada domingo.
Es una obra de arte en sí misma, diseñada por Bernini con forma oval, y contiene más detalles interesantes de los que puedo contar aquí. Entre las dos fuentes se encuentra un obelisco egipcio traído en el año 37 por el emperador Calígula, y es el único en Roma que jamás fue derribado (aunque sí fue trasladado al remodelar la basílica).
Llegando desde la Via della Conciliazone, es el marco solemne que nos presenta la gran Basílica de San Pedro, en el extremo oeste. Por los lados norte y sur, está flanqueada por dos alas abiertas en semicírculo soportadas por enormes columnas de orden jónico y toscano («la columnata»), y coronadas por 140 estatuas de santos y santas.
Si concurren aquí un domingo a la mañana, podrán ver gratuitamente la misa oficiada por el Sumo Pontífice.
Basílica de San Pietro:
Esta basílica es reconocida por todos como el centro del mundo cristiano. Erigida sobre la tumba del apóstol San Pedro (junto al antiguo Circo de Nerón, donde fue crucificado), fue rediseñada en el s.XVI por varios grandes arquitectos de la época: Bramante, Rafael, Sangallo, Miguel Ángel y Carlo Maderno.
Es realmente inmensa, y todo allí dentro está en una escala desproporcionada respecto a las personas que la visitan. Para que se den una idea, dentro del espacio bajo la cúpula (120 metros), cabe perfectamente la Estatua de la Libertad de Nueva York.
Podría ser perfectamente el motivo de un post entero dedicado a su arquitectura y a sus reliquias, pero sólo nombraré las principales para que no olviden contemplarlas.
Son destacables la fachada de Maderno, con estatuas de los doce apóstoles, las cinco puertas del pórtico (que corresponden a las cinco naves del templo), la «Piedad» de Miguel Ángel en la primer capilla de la derecha, la tumba del papa Juan Pablo II en la siguiente capilla (la de San Sebastián), el disco de pórfido rojo en el suelo en el que se arrodilló Carlomagno para su coronación, las numerosas tumbas de papas, reyes y nobles en muchas de las otras capillas, la enorme bóveda de Miguel Ángel y el altar de San Pedro, enmarcado en el monumental baldaquino de bronce de Bernini.
En la esquina izquierda más próxima a la entrada, en el círculo del crucero donde está el altar, se encuentra el acceso a las Grutas Vaticanas («Tumbas de los Papas»), que también es gratuito (aquí está prohibido el uso de cámaras de fotos, a diferencia del resto de la basílica donde se permite sin usar el flash).
¡No se pierdan esa visita! Las grutas se encuentran en un nivel por debajo del templo mayor, y contienen las tumbas de muchos pontífices. La más imponente, observable a través de un vidrio dentro de una capilla, es la tumba del apóstol San Pedro, primer papa de la iglesia.
También desde la basílica, por la nave izquierda se accede al Tesoro de San Pedro, cuya entrada cuesta €6. Antes de entrar, un mármol presenta el listado de todos los Sumos Pontífices de la historia de la iglesia. El contenido abunda en reliquias de santos, candeleros antiguos, obras de arte, sarcófagos y objetos litúrgicos.
La entrada al templo es gratuita y está abierta de abril a septiembre de 7:00 a 19:00 y de octubre a marzo de 7:00 a 18:30. Los miércoles y domingos a la mañana está cerrada por la audiencia y misa papales. Tengan en cuenta que se espera un estricto código de vestimenta y silencio, y deberán pasar por detecta metales antes de ingresar.
Tanto al ingreso como a la salida de la basílica, podrán observar los coloridos atuendos de la Guardia Suiza, la custodia oficial del Vaticano y del papa.
Hay visitas guiadas gratuitas de 90 minutos de duración que salen desde la oficina de información turística a las 14:15 (a veces a las 15:00).
Además del ingreso a la Basílica, pueden también subir a la alta cúpula (abril a septiembre de 8:00 a 18:00, octubre a marzo de 8:00 a 17:00). El acceso está afuera en el pórtico (tras haber hecho la misma cola general para pasar el control de seguridad, por lo que no hay truco aquí), y se puede optar por ascensor al techo (€7) ó escaleras (€5). De todos modos, desde el techo hasta la cúpula hay un estrecho y dificultoso camino de más de 300 escalones hasta el mirador de la cima, pero las vistas desde allí son espectaculares y bien valen el esfuerzo. Por las escasas dimensiones, se permite una hora por persona entre la subida y la bajada.
La salida los lleva dentro de la Basílica, por lo que pueden primero subir a la cúpula y luego visitarla por dentro.
También es posible acceder a un segundo nivel por debajo del templo mayor y las Grutas Vaticanas, pero para ello es necesario reservar la visita guiada en la Oficina Scavi (tel. 0669885318). En dicho recorrido te llevarán por la Necrópolis preconstantiniana (el cementerio que se encontraba debajo de la basílica original, en la época romana), en un camino no apto para claustrofóbicos.
Al final del itinerario, se subirán unas escaleras hasta la capilla clementina, donde se encuentra la Tumba del Apóstol San Pedro (la que se observa gratuitamente tras un cristal desde las Grutas Vaticanas).
Si desean ver al Sumo Pontífice (si no está en una visita diplomática) hay varias opciones: ir a la misa de los domingos a la mañana en Piazza San Pietro, ver su saludo desde su residencia en Vaticano (o en verano desde Castel Gandolfo, en el pueblo de Castelli) o conseguir un ticket para la audiencia papal (los martes la Guardia Suiza da los tickets, pero esperá una larga cola. Sino, contacta a la iglesia Santa Susanna en el tel. 0642014554 o al auditorio al 0669884631).
(Nota: Para un tip sobre el ingreso sin cola, ver la sección de los Museos Vaticanos)
Museos Vaticanos:
Los Museos Vaticanos son una de las colecciones de arte más grandes y geniales del mundo. Son un conjunto de museos, creados por diversos papas, que se encuentran al nivel de las más importantes pinacotecas mundiales, y muchas de sus obras se encuentran dentro de las más famosas. La increíble Capilla Sixtina es parte del recorrido de los Museos.
La entrada cuesta €15 (€8 por concesiones), se ingresa desde una entrada en el muro norte de la ciudad (es decir, no por la Piazza San Pietro sino dando toda la vuelta. Seguir los carteles.) y están abiertos de lunes a sábado de 9:00 a 18:00, cerrado los domingos excepto el último del mes (cuando está abierto hasta las 14:00 pero es gratis) y cerrado en días festivos nacionales y religiosos (chequear antes de ir).
Están muy bien organizados para seguirlo en una única dirección y los carteles siempre indicarán su sala más famosa: La «Capilla Sixtina», pintada al fresco por Miguel Ángel, Rafael Sanzio y Botticelli en el s.XVI, donde se realizan los secretos cónclaves que eligen a un nuevo Sumo Pontífice. Es el único lugar del museo donde se prohíben las fotos, aunque dada la multitud, la mayoría no cumple esta regla. Las imágenes están en cualquier libro o Internet. Eviten el mal momento de que les llamen la atención y traten de cumplir la normativa.
Otros destacados del museo son las Estancias de Rafael, la sala de los mapas, las salas romanas y egipcias, la Biblioteca Apostólica Vaticana, y la doble escalera en espiral que sirve como salida al final del itinerario.
Más allá de estos sitios, presten mucha atención a cada techo y pared del recorrido, que habitualmente contienen impecables obras de arte que no están indicadas en ningún cartel, pero que sin duda te sorprenderán casi tanto como las más famosas.
Tal como sucede con el Coliseo, hay otra gran paranoia en la mayoría de los turistas para evitar las grandes colas que pueden darse con la Basílica y los Museos del Vaticano. Se venden tours guiados sin cola a precios del doble o triple. Suelen aportar muchos datos interesantes pero la visita del museo es rápida y se centra en los puntos principales sin dejarte tiempo para apreciar el resto. En la basílica, algunos entran y otros sólo te explican desde la plaza, para que luego entres solo.
Mi recomendación es que vayan bien temprano (a las 8 am) y no se apuren a contratarlo por Internet o en el hotel. Estos mismos guías abundan en las inmediaciones de ambos sitios. Mejor es ir a la entrada de los museos y comprobar cuánta cola hay. Si es realmente grande y no tienen mucho tiempo, pueden contratar allí mismo un guía. Lo mismo con la basílica. Pero si ven poca cola, creo que es mejor entrar sólo y disponer allí de todo el tiempo que uno guste (como alternativa a las explicaciones, las audioguías se alquilan a €4 y tienen entrada de auriculares).
Sin embargo, una opción sin cola y sin tampoco costosas visitas guiadas es comprar la entrada anticipada en la web oficial del museo por Internet, que es válida para una cierta fecha y hora delimitadas, y sólo cobra €4 más por el trámite. Si tienen poco tiempo y no quieren arriesgarse a tener que hacer la cola, esta probablemente sea la mejor opción.
Ambos lugares del Vaticano pueden ser vistos el mismo día, aunque mi recomendación es comenzar por los Museos, que pueden tomar más tiempo.
Existe un tercer lugar en la ciudad-estado que se puede visitar, aunque también requiere reservar previamente en el museo o en la página oficial de la ciudad, y son los Jardines Vaticanos.
Esta otra visita guiada te lleva por la parte trasera de la basílica y el museo, donde apreciarán el Palacio de Gobierno, el palacete de Pío IV y la Casa de la Moneda, además de los preciosos jardines que posee la pequeña ciudad.
Castelo Sant’Angelo
Fuera de la Ciudad del Vaticano, pero justo del otro lado de la Via della Conciliazione, se encuentra el Castillo de Sant Angelo, en la ribera del Río Tíber.
Como edificio histórico resulta asombroso. Era originalmente el mausoleo que se mandó construir el emperador Adriano, en el s.II. Posteriormente, se utilizó como residencia papal y como castillo de refugio en tiempos de guerra, ya que incluso posee un pasaje subterráneo hasta la Basílica de San Pedro (famoso por el libro de Dan Brown, «Ángeles y Demonios»). Hasta el s.XIV fue usado como prisión y hoy es un museo.
La entrada cuesta €8.50 pero no se dejen engañar. Excepto por las vistas desde su terraza, el museo llama muy poco la atención y dado el alto precio, saldrán con gusto a poco. Mejor observarlo desde afuera.
La mejor vista del castillo, sin duda, es desde el Ponte Sant’Angelo que lo separa de la ribera oriental del Tíber. Este antiguo puente, custodiado por estatuas de apóstoles (obra de Bernini) y de diez increíbles ángeles.
Trastevere:
También en la ribera occidental del Río Tíber, se encuentra el distrito de Trastevere. Por sus estrechas callecitas empedradas, sus antiguas casas recubiertas por enredaderas y sus encantadoras plazas, se ha convertido en el barrio más bohemio y artístico de la ciudad.
Trastevere probablemente sea el sitio donde se enamoren de Roma. Piérdanse en sus calles y encontrarán lugares sorprendentes que de otra manera, jamás hubieran visto. Al caer el sol, el ambiente aumenta en intensidad y se convierte en uno de los destinos predilectos para quienes busquen disfrutar de la vida nocturna de la ciudad.
Iglesias de Santa María y Santa Cecilia:
Santa María en Trastevere es una de las iglesias más históricas de la ciudad. La nave está alineada con una colección desprolija de columnas tomadas de las Termas de Caracalla. Los mosaicos del ábside y del frente, datan del s.XIII y son de los mejores de Roma.
Es una iglesia muy pintoresca, y es especialmente bonita de noche, por la grata iluminación tanto de la fachada como de la Piazza de Santa Maria en Trastevere, un usual punto de reunión de estudiantes y otras personas en búsqueda de un ambiente cálido.
Santa Cecilia, es la otra iglesia interesante que encontrarán en este distrito. La decoración interna es preciosa, aunque la estructura es pequeña. Cuenta la historia de la mártir Santa Cecilia, que sufrió una de las muertes más horrorosas, pero por pasar el martirio cantando se la considera la patrona de la música.
Gianicolo:
El Gianicolo es una de las colinas más altas de la ciudad, aunque no se nombra dentro de las históricas siete. Se accede caminando desde el Trastevere, por la Via Garibaldi.
Desde la cima, en Piazza Garibaldi (nombrada así por el famoso líder de la revolución que llevó a la reunificación italiana), se puede contemplar una de las mejores vistas de toda Roma.
En sus cercanías hay varios lugares de interés.
Ascendiendo por la Via Garibaldi encontrarán la iglesia de San Pietro in Montorio, donde según la tradición se llevó a cabo la crucifixión de San Pedro. El punto exacto lo marca el hermoso Tempietto, una obra maestra de la arquitectura renacentista diseñada por Bramante.
También, del otro lado de Piazza Garibaldi, bajando hacia Vaticano, sorprende ver un faro en una colina. Fue construido en 1911 como regalo de la comunidad italiana en Argentina.
Isla Tiberina:
Es el pequeño islote en el Río Tíber, que separa el Trastevere de la Roma Antigua. Posee simplemente un hospital, un café, una heladería y una sinagoga que se usaba secretamente en la segunda guerra mundial.
Al cruzar uno de los puentes a la isla, observarán una estructura flotando cerca de ésta. Es el Ponte Rotto, lo único que queda del antiguo Pons Aemilius, el primer puente de Roma que data del 180 aC y destruido en el s.XVI.
Teatro de Marcelo y Guetto Judío:
Cruzando la Isla Tiberina desde el Trastevere hacia la Roma Antigua, nos encontramos con una fachada que nos confunde. ¿Ya llegamos al Coliseo?
No, pero se trata de un sitio similar llamado «Teatro de Marcelo», promovido por Julio César y acabado por Augusto en el año 11 aC. Fue dedicado a Marco Claudio Marcelo, sobrino del emperador Augusto.
Como teatro duró muy poco. Fue dañado por un incendio 70 años después, abandonado finalmente en el s.IV, y reutilizado posteriormente como fortaleza. Tras muchas tareas de restauración quedó como es visible hoy en día, con una fachada muy bien conservada, aunque el resto desaparecido.
Desde el Teatro Marcelo, en dirección a Campo dei Fiori se transita por el antiguo Guetto Judío. Aquí es donde vivieron los miembros de esa comunidad tras la bula papal que los restringió en 1555, en un barrio amurallado con tres puertas que se cerraban de noche, hasta la derrota de los Estados Pontificios en 1870. Es interesante ver la gran cantidad de puestos de comida kosher en sus calles y la sinagoga frente al río.
Santa María in Cosmedín y Piazza Bocca della Verita:
La iglesia de Santa María in Cosmedín es un edificio del siglo VI, una gema arquitectónica por sus finos mosaicos, su coro medieval y su alto campanario.
Sin embargo, se hizo más famosa por una alcantarilla romana que situaron en su pórtico, llamada la «Boca de la verdad». Según la tradición, si pones tu mano en el agujero que posee y dices una mentira, te la comerá. Por este motivo, el templo suele tener una larga cola de visitantes a la espera para tomarse la típica fotografía con la mano dentro.
Aunque la iglesia sea la principal atracción de la zona, no deben descuidarse sus alrededores. Enfrente están un templo romano dedicado al Hércules invicto (a veces confundido erróneamente como Templo de Vesta), y el Fortuna Virilis, ambos del siglo primero. Y del otro lado de la plaza, el Arco de Argentari y la iglesia de San Giorgio in Velabro, reparada tras la explosión de una bomba terrorista en julio de 1993.
Por último, son también destacables el Cerro Aventino (con la posibilidad de mirar por un agujero que atraviesa tres estados: Italia, Vaticano y la Orden de Malta, un estado religioso sin territorio), la Basílica de Santa Sabina, la iglesia de San Alessio y el Monasterio de San Saba.
Otros importantes sitios cristianos (sur y este):
Aunque la Basílica de San Pedro en Vaticano sea comúnmente reconocida como el centro del mundo cristiano, no es la principal iglesia de Roma, ni siquiera es una catedral. Simplemente, debe su fama y su habitual utilización por parte del papa por su tamaño y conveniencia dentro de la Santa Sede.
Existen cinco iglesias papales en Roma, consideradas la «pentarquía» de iglesias más antiguas y fundamentales. Ya he hablado de la del Vaticano, aquí presentaré a las otras cuatro, y otros importantes sitios de gran importancia para la religión cristiana, ubicados al sur y al este de la ciudad.
Basílica de San Pablo Extramuros:
Con la persecución del emperador Nerón sobre los cristianos tras el incendio de Roma del año 64, se llevó a cabo el martirio de dos apóstoles.
Uno fue San Pedro, en el Circo de Nerón en la Colina Vaticana. El otro fue San Pablo de Tarso, más allá de las Murallas Aurelianas que marcaban el límite sur de la ciudad, y por eso es que ésta basílica construida sobre su tumba se denomina «extramuros» o «fuera de los muros».
El templo es majestuoso, muy recomendable, quizás tan impresionante como el de San Pedro. Restaurado tras un incendio en 1823, contiene doce soberbias estatuas de los apóstoles (10 en cada nave lateral, y las de San Pedro y San Pablo en el frente), un columnado magnífico en las naves, un precioso artesonado en el techo y el sarcófago (aún no abierto) que supuestamente contiene los restos del santo.
Resulta interesante también ver una banda dorada que recorre todo el recinto por sobre las columnas, con las imágenes, nombre y duración de pontificado de todos los papas de la historia católica. El claustro y el monasterio son igualmente atractivos.
Su ubicación alejada complica su visita. El metro línea B llega hasta la basílica, en la estación denominada San Paolo. Otra opción es ir caminando desde el Coliseo, siguiendo la Via di San Gregorio, la Viale Aventino, la Viale della Piramide Cestia y la Via Ostiense.
De esta segunda manera, también podrán ver la Pirámide Cestia (estación «Pirámide» del metro B), una tumba romana del s.I aC para el apoderado Gaius Cestius, siguiendo el formato de las existentes en Egipto.
Un poco más al sur de la Basílica de San Paolo se encuentra el moderno distrito de EUR, construido por el gobierno de Benito Mussolini. Sorprende por sus edificios que mezclan lo clásico y lo moderno, como el Museo de la Civilización Romana, aunque su lejanía y poco interés probablemente no justifique la visita.
La Via Appia y sus catacumbas:
Bajo el Imperio Romano, se construyeron carreteras desde Roma hacia todos los puntos de la península. Hacia el norte, era famosa la Via Flaminia. Hacia el sur, se extendía la Via Appia que llevaba a las importantes ciudades de Capua y Brindisi.
Actualmente, quedan pocas de estas históricas carreteras empedradas, y quizás la Via Appia sea la mejor conservada y de mayor interés por las atracciones que se encuentran sobre ella.
Para llegar desde el Coliseo, se debe seguir la Via di San Gregorio, la Viale delle Terme di Caracalla y la Via di Porta San Sebastiano. Desde la Basílica de San Paolo, ya que sería interesante visitar la Via Appia tras ir a esta basílica por su proximidad, deben hacer una distancia de no más de 2 kilómetros pero a través de callecitas de los suburbios, por lo que les recomiendo llevarse un plano de la zona con el recorrido. Otra opción es el bus 218 desde San Juan Letrán o el 118 desde San Paolo Extramuros (o desde el Coliseo), ya que el metro no llega aquí.
Hay numerosas atracciones a lo largo de la Via Appia. Si la recorren caminando, tengan cuidado que en los primeros dos kilómetros (los más cercanos al centro de Roma) el tráfico aún es intenso y no hay mucha acera, así que extremen precauciones, o caminen por los jardines de las Catacumbas de San Calixto para unirse a la Via Appia más adelante.
Si quieren recorrerla en bicicleta, la cuál es una excelente opción para disfrutarla, pueden alquilarse en una oficina enfrente de la Iglesia de Domine Quo Vadis, a 3 kilómetros del comienzo de la Via Appia.
Los principales sitios de interés sobre la Via Appia son:
– Termas de Caracalla: Al inicio de la Via Appia. Inauguradas en el año 217 y utilizadas hasta s.VI, eran tan grandes que podían albergar a 1600 bañistas a la vez. Están muy bien conservadas. La entrada cuesta €6 y sirve también para otros sitios de la Vía Appia: la tumba de Cecilia Metella y la Villa dei Quintilli.
– Catacumbas de San Calixto: las catacumbas mejor interesantes de Roma, comenzándose a usar desde el siglo II, e incluyendo 16 papas y muchos refugiados de las épocas primitivas del cristianismo. La entrada cuesta €6 y su horario es de 9:00 a 12:00 y 14:00 a 17:00, excepto miércoles que están cerradas.
– Domine Quo Vadis: Iglesia muy antigua situada en el lugar donde supuestamente San Pedro, mientras huía de las persecuciones, tuvo una aparición de Jesucristo ascendiendo a los cielos y le preguntó: «Domine, quo vadis?» («Señor, ¿a donde estás yendo?»).
– Catacumbas de San Domitilla: Las mejor conservadas de Roma, aún contiene huesos y una basílica subterránea restaurada en 1870. Horario de 9:00 a 12:00 y 14:00 a 17:00, excepto los martes y durante todo enero, que están cerradas.
– Basílica y catacumbas de San Sebastián: La basílica fue uno de los más importantes centros de peregrinación católica hasta el 2000, y está consagrada al mártir San Sebastián. Sus catacumbas son pequeñas comparadas a las otras, y su entrada cuesta €8.
– Tumba de Cecilia Metella: El edificio mejor conservado de la Via Appia, convertido en fortaleza en la edad media. Contiene la tumba de Cecilia Metella, fallecida en el año 69 aC. La entrada cuesta €6 e incluye la Villa dei Quintilli y las Termas de Caracalla.
– Circo de Majencio: Un vestigio romano bien conservado, construido en el s.IV. Era parte de una villa construida por el emperador Majencio, y contiene la tumba de su hijo, Romolo. La entrada cuesta €5.
– Villa dei Quintilli: Las ruinas de una impresionante villa construida por el emperador Máximo y Condinus Quintilli. Le gustó mucho al emperador Comodo, por lo que mató a dichos hermanos y se la quedó para él en el año 182.
Archibasílica de San Juan Letrán:
Siendo la catedral de Roma, la archibasílica de San Giovanni in Laterano («San Juan Letrán») debe ser considerada como la más importante de la ciudad, por encima de la del Vaticano, y es la sede del obispado.
Se encuentra en el barrio del Esquilino, al este del Coliseo, siguiendo la Via San Giovanni in Laterano.
El edificio es asombroso por sus excelsos frescos y su exquisito altar, pero no dejen de visitar el baptisterio octogonal del s.IV frente a la iglesia en la misma plaza (el más antiguo del cristianismo, y modelo de todos los demás), y el claustro medieval con sus preciosas columnas (la visita al claustro cuesta €5).
Está consagrada a San Juan Bautista y San Juan Evangelista (el apóstol), y su nombre «in Laterano» se debe a que la pertenencia de las tierras era de la noble familia cristiana romana de los lateranos, caída en desgracia con el gobierno del emperador Nerón.
Frente a ella, en la Piazza de San Giovanni, se encuentra el obelisco egipcio más alto y antiguo de Roma. Pesa unas 230 toneladas, proviene del Templo de Amón, en Karnak y fue llevado a la ciudad desde Alejandría en el año 357 para decorar el Circo Massimo, pero en el s.XVI fue trasladado aquí.
Al noreste de la gran basílica, una de las cinco de la pentarquía romana, se encuentran el Palacio de Letrán (remodelado del antiguo palacio romano, posteriormente residencia papal y actualmente museo pontificio), el ábside de Leonina Triclinium (parte del antiguo comedor del palacio, hoy expuesto directamente a la calle) y la Iglesia de San Salvador que contiene la Scala Santa. Según la tradición católica, es la escalera del palacio de Poncio Pilatos que subió Jesucristo antes de ser juzgado, y fue traída directamente de Jerusalén por el emperador Constantino el Grande y su madre Santa Elena.
Por su gran relevancia, los fieles suben los 28 escalones de rodillas, mientras que los demás visitantes pueden subir normalmente por las escaleras laterales. Al llegar arriba se encuentra la que fuese capilla privada de los papas, la «Sanctasanctórum», donde ahora sólo se puede ingresar con intenciones de rezo.
Basílica de Santa Croce in Gerusalemme:
Esta basílica se encuentra apenas a unos 500 metros al este de San Juan Letrán, en terrenos que antiguamente pertenecían a Santa Elena, la madre del emperador Constantino.
Fue ella la que, según la tradición, fue a Jerusalén a buscar las reliquias de la crucifixión, encontrando la Vera Cruz (la cruz verdadera), el cartel con la leyenda INRI y tantas otras, llevándolas a Roma.
Este templo se mandó a construir para albergar algunos maderos de la cruz, los cuáles aún se exhiben al visitante, aunque es difícil creer en su veracidad. Son maderos pequeños, difíciles de distinguir dentro del relicario que los contiene. Las dos partes más importantes de la Vera Cruz que la Iglesia Católica acepta están en España, en Santo Toribio de Liébana (Cantabria) y en Caravaca de la Cruz (Murcia), pueblos que se convirtieron sagrados para el cristianismo por este motivo.
Otras reliquias que dice poseer está bella iglesia (porque aún siendo discutible la veracidad de dichos fragmentos, la iglesia en sí es imponente) son dos espinas de la corona que le pusieron a Jesús y parte de uno de los clavos.
Santa María la Maggiore:
Otra imponente basílica romana, también parte de la pentarquía de iglesias mayores. Está consagrada a la Virgen María, y se ubica muy cerca de la Termini, 300 metros en dirección al Coliseo.
Está en la cima de una de las siete colinas de Roma, el Esquilino, y data del siglo IX. El interior está decorado por toneladas de oro en mosaicos impresionantes, y también son soberbias sus obras de arte.
En el centro del templo, bajo el altar, un relicario de cristal supuestamente posee maderos del pesebre donde pasó sus primeros días Jesús de niño, traídos desde Tierra Santa por Santa Elena.
Otra basílica se encuentra a apenas 100 metros, en dirección a San Juan Letrán, y es la de Santa Prassede («Santa Práxedes», en español). Vale muchísimo la pena su visita por sus hermosos decorados de mosaicos dorados, y también dice tener su propia reliquia de la crucifixión, «el pilar de la flagelación», donde fue azotado Jesucristo antes de ser juzgado por el pueblo y comenzar el Via Crucis, traído desde Jerusalén con las otras reliquias por la madre de Constantino.
Basílica de San Lorenzo Extramuros:
La última basílica de la pentarquía romana es la de San Lorenzo Extramuros, ubicada del otro lado de la Termini, hacia el este, más allá de la Universidad de la Sapienza.
Es muy antigua, data del siglo III y contiene la tumba de San Lorenzo. Su denominación «extramuros», al igual que la basílica de San Pablo, se debe a que originalmente estaba fuera de las murallas de la ciudad.
Fue muy dañada por el bombardeo aliado en la segunda guerra mundial, tras lo cual fue restaurada al aspecto actual, algo simple, pero que merece igualmente la pena verla por dentro.
En las cercanías se destacan para visitar la Porta Maggiore (una puerta romana construida por el emperador Claudio en el año 52 aC, parte de un acueducto de piedra), la Iglesia de Santa Constanza (hermosa iglesia construida por el emperador Constantino como mausoleo para sus hijas) y la Iglesia y catacumbas de Santa Agnese Extramuros (Construida en el siglo VII al lado del mausoleo de las hijas de Constantino, para albergar el sarcófago plateado de Santa Agnese, condenada a muerte a los 13 años en el siglo III. Su estructura es distinta a todas las demás, ya que la entrada se hace por el primer piso, y la planta baja es subterránea, al nivel de las catacumbas).
Aquí llega el final de esta Guía Práctica para visitar Roma y no volverse loco en el intento. ¡Si están por ir, qué disfruten la ciudad!
¡Saludos a todos!
Te agradezco estos envios y me alegro muco que seas feliz. Ademas en la nota anterior te vi compartir con tus padres tu felicidad. Segui en lo que mas te guste, tal vez algun día seas «GUIA TURISTICO MUNDIAL».
NO TENGO PALABRAS, SOLO QUE TE ENVIDIO;PERO YA PASO MI HORA.
Gracias Victor por el mensaje. No tengo ninguna intención de convertirme en «Guía turístico mundial», sino que esto lo hago como algo temporal y por mero gusto. Pero que sepas que a nadie le pasó la hora para nada. Hay muchos tipos de viajes (o de sueños por cumplir) y cada uno puede adaptarse a sus posibilidades, pero si la voluntad está intacta, no hay quién te detenga. Un saludo!
Que guia mas completa! se nota que Roma tiene muchiiiisimo para ver, nunca terminas de verla entera…muy buenas fotos..muxu!
La has leído toda? Roma tiene muchísimo y tú lo sabes bien, si incluso has visto más que yo! Jeje gracias por el mensaje! Muxu!
Ariel:acabo de termi nar de leer tu relato y esta tan bien contado que creo que estuve en Italia sin conocerla todavía,me sirve todos los tips que diste,sos muy generoso y te agradezco ya que si la suerte me acompaña pienso viajar el año entrante.Que Dios te bendiga.Suerte.Saludos.
Muchas gracias, Mirta! Me alegra que te haya gustado y servido. Saludos!
Excelente, buen trabajo, una recomendación para la ubicación en Roma y brújula para esa inmensa ciudad, voy dentro de 3 semanas y espero disfrutarla y conocerla al máximo. Gracias
Me alegro que te haya gustado y servido. ¡Saludos!
En unos días visitaré Roma y cada día estoy más loco por verlo todo,pregunto si tienen datos de la casa de Miguel Angel,Dante o datos por afuera del circuito conocido,ya que en tres días no habra milagros.Gracias la publicación y guía.
Hola Angel! Me alegro que puedas visitar Roma, es una ciudad fabulosa. Respecto a las casas de Miguel Angel o Dante, están en Florencia, no en Roma. Averigua buscando en Florencia. Un saludo!
Hola Ariel, muy buen recorrido!!!!!!! Estoy por viajar en 2 semanas y me resultò muy ùtil para descubrir lugares que no conocìa y que voy a visitar en este viaje. Sabès a que hora es la misa del Papa los domingos? Saludos!
Gracias Juan Marcelo! Los domingos tienes que ir muy temprano para poder ver algo de cerca, que la Piazza San Pietro se llena enseguida. Mucha suerte! Un saludo!
Muy buena informacion, la mas completa y excitante recopilacion de lugares para ver, ha sido un resumen muy bueno y muy completo, te has mandado, te agradezco tu tiempo para regalarnos este info, manana vamos con mi novia para roma y aca nos has dado todo lo que necesitamos, muchas gracias y muchos exitos! Saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Carlos. Me alegro que les haya servido. Hay un enlace en el mismo artículo para descargarlo e imprimirlo, por si quieren llevarlo consigo durante la visita a esta fantástica ciudad. Que la disfruten! Un saludo!
Hola Ariel. Buscando información por la web para ir a Roma con mi familia, me encontré con tu blog y te digo que ¡menos mal!.
Lo imprimí, lo puse en un dossier y nos fuimos con el a Roma. Ha sido un viaje fantástico siguiendo tus pasos. Nos ha dado la impresion de conocer Roma a fondo. Muy acertado lo de proponer la visita por zonas. Con los niños de 14 y 8 años, nos ha faltado algún lugar para visitar, hay que caminar bastante, pero si no es así pienso que no hay manera de conocer una ciudad.
Bueno, te dejo, no sin antes agradecerte la ayuda que nos has dado.
Espero que sigas disfrutando de tus viajes igual que nosotros hemos disfrutado este. Hasta la próxima.
Cesar, muchas gracias a ti y a tu familia por tan grato comentario. Me alegro mucho que les haya servido tanto la guía, y de que hayan disfrutado sus vacaciones por esta fantástica ciudad. Un saludo y a seguir llenando los ojos de paisajes y la mente de inolvidables recuerdos!
ARIEL, MUY GENEROSO TU TRABAJO. FUIMOS EN PAREJA HACE UN PAR DE MESES, SIN HABER VISTO LO TUYO, AUNQUE CON OTRAS GUIAS.
LO DESCUBRIMOS BUSCANDO MONUMENTOS EN ROMA, PARA DETALLAR NUESTRAS FOTOGRAFIAS (HA SIDO TAN GRANDE EL IMPACTO DE TANTA HISTORIA, QUE NECESITAMOS RECURRIR A ÉL COMO RECORDATORIO).
ESTÁ BUENNNISSIMO, Y LO RECOMENDAREMOS A FUTUROS TURISTAS.
DE NUESTRA PARTE SERÁ NUESTRA GUIA PARA RECORDAR Y SEGUIR DESCUBRIENDO LA BELLA ROMA. SALUDOS
Muchas gracias por tu comentario, José Luis! Me alegro que la hayan aprovechado, y recomendarla es el mejor agradecimiento posible! Un saludo!!
Impecable descripción y maravillosas fotos. El año próximo visitaré Roma y me guiaré por tus consejos. Muchas gracias.
Muchas gracias por tu mensaje. Espero que esos consejos te sirvan y ayuden a que disfrutes lo más posible esas vacaciones. Recuerda que puedes descargar e imprimir la guía, para llevarla contigo. Un saludo!
Estimado Ariel, estaré con mi esposa y mis dos hijos visitando Roma en Diciembre. Realizando nuestro plan de viaje y en la disyuntiva de saber cuantos dias durar en Roma, todo tu relato nos ha ayudado enormemente. Agradezco tu paciencia y dedicación. Muchas Gracias. Exitos.
Me alegro que les haya servido, Aquiles. Un saludo y mucha suerte con ese viaje!
Ariel, encantada de haber leído tus indicaciones de principio a fin. Es una guía completísima y muy cuidada la tuya. Cumple con mis expectativas para un primer contacto con la Maravillosa Ciudad Eterna.
Muchas gracias por invertir tu tiempo en ofrecérselo a otros. Sin duda la voy a imprimir para consultarla zona por zona «in situ» dentro de 3 semanas cuando llegue a Roma.
Un saludo.
De nada, Carolina. Me alegro que te haya gustado, y que la imprimas es el mejor reconocimiento que puedo esperar. Un saludo y mucha suerte en ese viaje!!
Me encantó tu blog, es el mejor que he visto por lo que te felicito y agradezco mucho tu tiempo y dedicación.
Tengo una pregunta ¿cuanto tiempo me recomiendas para el recorrido Roma incluyendo el Vaticano?.
Saludos desde México.
Marcela.
Muchas gracias Marcela. Para el recorrido, lo que dice en la guía. Depende de cuanto tiempo dispongas y de cuan en profundidad quieras conocer la ciudad. En general, con unos 4 ó 5 días alcanza para visitar todo lo más renombrado. Una semana es lo recomendado para un recorrido más profundo. Un saludo!
Bueno, que decirte ya que no te hayan dicho los demás. Solo darte las Gracias, por tu dedicación, paciencia, sabiduría, cariño y sobre todo por tu Generosidad por compartir todo lo que sabes con los demás. Iré este abril con mi marido y mis hijas y será, estoy segura, un viaje inolvidable. De nuevo muchas gracias por toda tu ayuda y sobre todo por contagiarnos tu alegría por descubrir ciudades maravillosas.
Muchas gracias por tus palabras, Mercedes. Un saludo y mucha suerte con ese viaje familiar!